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Netanyahu se dispone a liberar a 100 presos palestinos antes de reabrir el proceso de paz

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, está estudiando liberar a cerca de un centenar de prisioneros palestinos para demostrar así la buena voluntad de su Gobierno con respecto a un proceso de paz que se encuentra congelado desde hace más de 16 meses, según anunció ayer la radio estatal desde Jerusalén. La posible liberación de este grupo de detenidos sería, de confirmarse, el gesto más importante y generoso efectuado por el actual jefe del Gobierno israelí en favor del proceso de paz y los acuerdos de Oslo desde que ganara las elecciones en junio de 1997.

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La petición de liberación de un centenar de prisioneros había sido presentada hace pocos días por el negociador palestino Mahmud Abás, el número dos de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en el transcurso de las conversaciones directas que palestinos e israelíes iniciaron el pasado 19 de julio, bajo los auspicios de Estados Unidos, en un último intento por desbloquear el proceso de paz cuando todo el mundo lo daba ya por fallecido.La propuesta de los palestinos fue transmitida por el ministro israelí de Defensa, Isaac Mordejai, a su primer ministro, quien decidió debatir el tema en la reunión semanal que ayer, como todos los domingos, celebró con los demás miembros de su Gabinete, según aseguró la radio estatal israelí.

La liberación de los presos palestinos se haría de manera muy cautelosa, estudiando caso por caso, tratando al mismo tiempo de favorecer a aquellos detenidos que se encuentran en delicado estado de salud, o que se hallan encarcelados desde hace mucho tiempo y asegurándose que su libertad no entraña ningún peligro para la seguridad interior de Israel.

El supuesto debate del Gobierno israelí sobre los detenidos palestinos se produce en un momento especialmente delicado de las relaciones con Arafat, después de dos semanas de infructuoso diálogo en un intento de desbloquear el proceso de paz. Se trata de una situación difícil a la que se suman las presiones de la comunidad musulmana. Los pasados 29 y 30 de julio se reunió en Rabat el Comité sobre Jerusalén y decidió plantearse la revisión de las relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. Como primera medida, la comunidad musulmana anunció que las oficinas israelíes abiertas en Túnez, Marruecos, Omán y Mauritania bajo el mandato de Isaac Rabin podrían quedar clausuradas.

Paradójicamente, la cuestión de los detenidos palestinos había sido tratada, aunque por otros motivos, la semana pasada, cuando un dirigente del partido Gesher -centro nacionalista- presentó ante el Parlamento un proyecto de ley con el que se intenta regular el intercambio de prisioneros, en un intento de evitar las liberaciones descontroladas. De ese modo pretendía evitar situaciones como la suscitada el pasado mes de noviembre cuando a cambio de dos agentes de los servicios secretos -Mosad- detenidos en Jordania, el Gobierno se vio obligado a poner en la calle a cerca de dos docenas de palestinos, entre ellos el dirigente integrista de Hamás Ahmed Yasin.

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La propuesta del partido Gesher, encabezado por el ex ministro de Asuntos Exteriores David Levy, trataba de establecer el principio de reciprocidad, por el cual las autoridades israelíes no podrían en ningún momento, o bajo ninguna excusa, liberar a presos palestinos mientras Arafat no aceptara conceder por su parte la extradición a Israel de aquellos militantes radicales, supuestamente implicados en atentados terroristas contra ciudadanos judíos, y cuya entrega Netanyahu reclama desde hace dos años. Netanyahu utilizó todo su peso y prestigio político para impedir que este proyecto de ley fuera aprobado.

Los esfuerzos de Netanyahu por acercarse a los palestinos sufrieron el embate de otro diputado, el conservador Rubi Rivlin, del partido gubernamental Likud, quien exigió al primer ministro que abandonara la mesa de negociaciones mientras Arafat no clausure las colonias de vacaciones juveniles que la Autoridad Palestina ha organizado este año en Gaza, en las que al parecer se facilita instrucción paramilitar y se exalta la yihad (guerra santa) contra Israel.

"Si no se clausuran estos campamentos no tiene sentido seguir con las negociaciones de paz", declaró el diputado conservador, tras exigir la convocatoria urgente de la Comisión Parlamentaria para Asuntos de Seguridad y del Parlamento, que desde el pasado miércoles se encuentra de vacaciones.

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