La salud de Suu Kyi se deteriora después de seis días de encierro en su coche
La líder de la oposición birmana,Aung San Suu Kyi, tiene síntomas de deshidratación y la tensión muy baja, según confirmaron ayer sus dos médicos personales, que, tras someterla a un reconocimiento, decidieron crear un equipo permanente en el lugar donde está el vehículo, para poder controlar su salud en todo momento. Además, miembros de la Liga Nacional para la Democracia (LND) aseguraron que Suu Kyi se está quedando sin comida.
Suu Kyi decidió hace seis días permanecer en su coche, situado en Anyarsu, a 64 kilómetros al sureste de la capital, Rangún, cuando soldados que obedecen a la Junta Militar la obligaron a detenerse e impidieron su desplazamiento por el país para reunirse con militantes de su partido. Una fuente del Gobierno negó ayer que la líder de la oposición se esté quedando sin comida. A Suu Kyi y a sus tres acompañantes les quedan, dice, huevos duros, galletas y otros alimentos. Esta fuente aseguró que, si ella lo pide, se le suministrará lo que necesite.
En Manila, el ministro de Exteriores, Ohn Gyaw, anunció que su Gobierno no acepta las presiones internacionales. Son varios los países (los reunidos en la cumbre de la ASEAN) que han pedido a la Junta Militar que permita el acceso a Suu Kyi de diplomáticos de EEUU y Japón y comprobar sobre el terreno su situación.
Presión internacional
El rechazo del régimen de Rangún no ha afectado a la comunidad internacional. Anuncian que la presión continuará. "Estamos preparados y esperamos hacer el mayor esfuerzo para resolver esta crisis y solucionar el problema. Los embajadores están allí [en Rangún], por lo que habrá presión por todas partes al régimen de Birmania", declaró el ministro de Exteriores austriaco, Wolfgang Schüssel, en representación de la Unión Europea.El Gobierno de Rangún informó de que la premio Nobel de la Paz de 1991, Suu Kyi, no puede proseguir su marcha porque carecía de la protección de sus escoltas y que por ello debe regresar a la capital. Con este argumento, basado en la supuesta inseguridad del viaje, la Junta Militar trata de demostrar su preocupación por la suerte de su rival político.
Suu Kyi, hija del fundador del país, está acusada de fomentar la división social antes de la reapertura, el próximo mes, de las universidades, cerradas en diciembre de 1996, tras una redada contra los estudiantes. Las tensiones entre la Junta Militar y el NPD aumentaron cuando Suu Kyi exigió al Gobierno la convocatoria, el 21 de agosto, de un Parlamento que incluya a los diputados elegidos en mayo de 1990, elecciones en las que el NPD obtuvo la victoria pero que fueron anuladas por los militares.
"Se trata de una guerra psicológica", comentó un diplomático, "los militares no la tocarán, pero tampoco permitirán que nadie se acerque a ella".
El portavoz del Gobierno militar aseguró ayer que Suu Kyi ha rechazado una propuesta de negociar su situación. Ella exige como condición el permiso para poder viajar con absoluta libertad por el país. Por el momento, el Gobierno considera que todos "esos aspectos se pueden discutir más tarde". Lo importante es que primero regrese a la capital.
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