Muere Jerome Robbins, un clásico del musical de Broadway

Fue no solo el símbolo de una época dorada, la de los más famosos musicales de Broadway, sino el autor y director de algunos de los títulos que hicieron leyenda: West Side Story, El Rey y yo o El violinista en el tejado. Jerome Robbins murió el pasado sábado en su casa de Nueva York, víctima de un ataque al corazón. Bailarín, coreógrafo y director, dirigió el New York City Ballet durante casi una década.

Jerome Robbins, nacido en Nueva York en 1918, fue el nombre artístico que adoptó Jerome Rabinowitz, hijo de emigrantes judíos rusos huidos de los progromos del Este de Europa. Su padre tenía un negocio de alimentación y luego uno de venta de corsés. Pero el inquieto joven no quiso seguir los pasos del padre y, después de abandonar sus estudios de química, decidió dedicarse exclusivamente a su gran pasión: la danza.Jerome Robbins tuvo siempre una fe inquebrantable en la versatilidad de la danza moderna, por encima de la clásica. Lo tuvo tan claro que estudió danza española, oriental y contemporánea, aunque se vio forzado a tomar también clases de ballet. "Solía pelearme con otros compañeros porque siempre pensé que el baile moderno era mucho mejor que el ballet", solía recordar.

Pero fue la danza clásica la que lo llevó antes a los escenarios como parte del recién formado New York Ballet Theatre. George Balanchine fue uno de los primeros en fijarse en el joven y audaz bailarín, que solía añadir expresiones de su propia cosecha a las instrucciones del maestro. Robbins complementó estos estudios con los de piano y actuación, junto a Elia Kazan.

No tardó, sin embargo, en intentar su propia aventura y en 1944 montó la obra Fancy Free, con música de Leornard Bernstein. El éxito apabullante de la obra los llevó a hacer una versión para el teatro musical titulada On the town. Los siguientes años fueron de una gran actividad. Robbins hizo en 1945 dos coreografías para el American Ballet , con música de Bernstein y Gould, y dos musicales para el teatro: Billion Dollar Baby y High button shoes, al año siguiente. Fue director artístico asociado del de New York City Ballet de 1949 a 1959.

Pero el reconocimiento mundial le llegaría en 1957 cuando concibió, dirigió y coreografíó West Side Story, su versión de Romeo y Julieta llevado a los barrios de Nueva York. Con música de Bernstein, canciones de Stephen Sondheim y un libreto de Arthur Laurents, la obra fue llevada al cine y ganó diez oscars.

Robbins creó su propia compañía de danza después de ese éxito mundial y añadió a sus otras habilidades, la de empresario.

Durante los años cincuenta y sesenta se convirtió en la gran figura de Broadway y muchas de sus producciones se llevaron también al cine. Entre ellas figuran El rey y yo (1951), Peter Pan (1954), Gipsy (1959), Funny Girl (1964) y El violinista en el tejado (1964).

En 1989 presentó una retrospectiva con fragmentos de sus obras más celebradas durante los 20 años que mediaron entre On the town y El violinista en el tejado. Un espectáculo que no solo recibió los mejores elogios, sino que fue el reconocimiento -propio y ajeno- a uno de los renovadores de la danza moderna norteamericana.

No le faltaron reconocimientos a su carrera y, además de la Medalla al Mérito de las Bellas Artes de Estados Unidos, obtuvo numerosos premios teatrales, incluídos varios Tonys.