Test de fotogenia al palacio de Foster

En los días que precedieron a la apertura oficial del Palacio de Congresos de Valencia, el pasado dos de julio, decenas de personas vivieron en una actividad frenética para conseguir su puesta a punto, para retirar andamios, repasar las instalaciones o limpiar los estanques. Pero entre el multitudianario hormiguero de operarios, ingenieros, jardineros, técnicos y electricistas media docena de fotógrafos tuvieron las manos libres para expresar a través de su cámara su visión particular sobre el encuentro de Valencia con el nuevo edificio de Norman Foster, autor de obras como el flamante nuevo aeropuerto de Hong Kong y el edificio, realizado sólo en cinco años, (1981-1986) del Hong Kong and Shanghai Bank, también en la que fue antaño colonia británica. Éste último es uno los edificios más fotografiados y venerados por los arquitectos su construcción en un tiempo record, hace ya más de una década. Esta experiencia, que los propios profesionales de la cámara han calificado de "única" y que siguió en los días posteriores al estreno del nuevo anillo del polígono de Ademuz, se expone desde ayer y hasta mediados de septiembre y se podrá visitar gratuitamente de martes a sábado en los horarios de apertura del edificio. Seis miradas y una sola obra es el producto del trabajo de los reconocidos fotógrafos Joan Fontcuberta, Bernard Plossu, Antonio Tabernero, Gabriele Basilico, Manolo Laguillo y Enrique Carrazoni, que ha supervisado el experto en fotografía del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Josep Vicent Monzó, y que tras la exposición se editará en un libro. Durante sus días de trabajo, los seis tuvieron libertad de movimientos a la hora de captar el Palacio de Foster. No hubo instrucciones previas, reglas ni consignas. Casi todos, según atestiguan algunos operarios que observaron su trabajo durante aquellos días, visitaron el Palacio en varias ocasiones, en días diferentes y a horas completamente opuestas. El resultado refuerza la sugerente idea de la fusión, a partir de la visión sobre un mismo edificio, del trabajo de seis profesionales que trabajan desde ópticas y técnicas absolutamente opuestas. La mayoría de las fotografías expuestas son en blanco y negro y permiten al visitante simultanear entre el espacio que recrean las instantáneas y el que la realidad muestra al visitante durante el recorrido por el edificio de Foster. Un juego dual que aprovecha Fontcuberta para presentarle al visitante que la realidad no tiene por qué ser lo único a plasmar desde detrás de una cámara. En cambio, Plossu se aleja del edificio y aporta una visión más urbana. Otros autores como Basilico han optado por el enfoque nocturno del edificio a través de enormes copias en blanco y negro. Laguillo, en cambio, proporciona una visión que ha tamizado a través de las últimas técnicas de impresión digital. Carrazoni ha utilizado el color sobre impresiones digitales. La muestra se desarrolla a través de unas ochenta fotografías que van a ser patrimonio del Palacio de Congresos de Valencia, cuyos responsables no descartan que la exposición viaje a otras zonas de España y del extranjero. Su máximo responsable, José Salinas, medita que el edificio albergue este tipo de actividades periódicamente, desde exposiciones a visitas o conciertos, en los periodos del año en que una menor actividad congresual lo permita. "Nos gustaría que el Palacio tuviera el máximo de actividades, pero vamos muy escasos de fechas. De septiembre a diciembre no tenemos ni un hueco libre. Aunque ya nos estamos preparando para el año que viene", agrega.