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Reportaje:

El dinero como limitación

La nómina de socios del Real Club de Polo de Barcelona supera por poco los 10.000 nombres, cifra que sus gestores estiman que no debe rebasarse en exceso. El método de disuasión es tan eficaz como expeditivo: la cuota de entrada a fondo perdido es de dos millones y medio de pesetas, que pueden pagarse a plazos. En el último año, sólo dos personas se han dado de alta. Con motivo del centenario, el año pasado, la directiva facilitó la incorporación de nuevos socios, familiares directos de los inscritos, y rebajó la entrada a 200.000 pesetas. Tras el centenario, se ha regresado a las siete cifras y la mensualidad para los adultos sigue siendo de 14.000 pesetas. A eso ha de añadirse el mantenimiento de un caballo estabulado, que sale por unas 35.000 mensuales, incluida la alimentación y el cuidado. Si no se dispone de tiempo para sacarlo a pasear y no se encuentra voluntario para tal ocupación, hay que sumar lo que cobra el jinete. Si se practica el polo, las cifras se disparan, porque un caballo de éstos no baja de las 250.000 pesetas, y cada jugador precisa tener cuatro.

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