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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Más sombras que luces

La comisión coordinadora del colectivo Manifiesto 2 de Enero -integrado en el programa Cultura de la Paz de la UNESCO- considera parcial y sectaria la imagen que el Ministerio de Cultura intenta dar del rey FelipeII. La exposición FelipeII, un monarca y su época, organizada en El Escorial (Madrid) para conmemorar el cuarto centenario de su muerte, parece exaltar la figura de aquel rey, en cuyo imperio jamás se ponía el sol, y ocultar o minimizar el carácter dogmático de su régimen.El colectivo Manifiesto 2 de Enero -que desde 1995 viene pidiendo al Ayuntamiento de Granada la transformación del Día de la Toma en una Fiesta de la Tolerancia- entiende que dicha exposición no hace justicia histórica a las miles de personas perseguidas por este rey. Un monarca que reactivó el proceso de depuración religiosa y cultural iniciado por los Reyes Católicos en 1492.

La máxima responsable de la exposición, Carmen Iglesias, afirma que con esta iniciativa quiere romper los tópicos de un monarca sobre el que se tejió una densa leyenda negra. "FelipeII no fue un rey oculto y maquiavélico", añade, "fue un monarca amante de las ciencias y de la música, y estaba al tanto de las nuevas corrientes filosóficas de su época. Un monarca imbuido de valores renacentistas y humanísticos".

Sus admiradores más fervientes han llegado a decir: "El reinado de FelipeII marcó el devenir de unos pueblos asociados bajo el común denominador de la monarquía y el respeto a la realidad secular de cada uno de sus territorios. Y todo ello desde un sentido científico y objetivo de la investigación que, con sus luces y sombras, nos permite acercarnos a una verdad histórica alejada de tópicos y manipulaciones simplificadoras".

Pues bien, hablando de verdad histórica y de manipulaciones, conviene recordar lo que no se dice de FelipeII, un rey que, en su afán de ganarse el título de "campeón del catolicismo", otorgado por el Papa, no escatimó esfuerzos en la persecución de las minorías religiosas que habitaban su reino. La imagen culta, ilustrada y progresista que pretende la muestra no se corresponde con la que nos ofrece la investigadora María de los Ángeles Fernández García en su tesis doctoral, titulada Inquisición: Comportamiento y mentalidad en el Reino de Granada (1600-1700). La tesis se convirtió en 1989 en un libro editado por la propia Universidad de Granada y prologado por el profesor Antonio Domínguez Ortiz. La historiadora María de los Ángeles Fernández García nos dice en su tesis lo siguiente:

"La subida al poder de FelipeII supone un cambio de actitud con respecto a la minoría morisca del Reino de Granada. Actitud que se encuadra en esa línea de intolerancia característica de la nueva coyuntura política...". "FelipeII no estaba dispuesto a la tolerancia con ninguna minoría disidente en materia de fe. Una serie de medidas que habían caído en desuso se ponen de nuevo en vigor, y la Inquisición y la Chancillería redoblaban su presión sobre esta minoría, que se negaba a perder su identidad como pueblo...".

Los resultados del sínodo celebrado en Granada en 1565 no eran otros que reclamar la aplicación de todas las cédulas que contra los moriscos existían, que en su mayoría estaban en desuso. Ningún aspecto de la identidad morisca quedó olvidado: lengua, vestido, baños y zambras fueron prohibidos.

Según María de los Ángeles Fernández García, hubo un grupo no despreciable de moriscos granadinos que se resistió frontalmente a la actuación inquisitorial, con quienes el Santo Oficio empleó la tortura. La gran mayoría de los reos que fueron pasados por las cámaras de tormento (en tiempos de FelipeII) fue morisca. Las nuevas medidas se publicaron en enero de 1567 y los moriscos granadinos, exasperados, comenzaron a convocar rebelión, como dice Luis de Mármol Carvajal, dando el paso decisivo en la noche de Navidad de 1568.

El levantamiento tuvo como resultado la expulsión de los moriscos del Reino de Granada en 1570. Se opusieron el arzobispo de Granada, Luis de Quijada, y de manera muy especial el marqués de Mondéjar, que no era partidario de despoblar un reino de tanto provecho. Hoy se baraja la posibilidad de que FelipeII pensara, ya en los primeros años de su reinado, en la expulsión, vistos los resultados del fracaso de la política de asimilación. Finalizada la guerra, FelipeII mandó preparar, el 1 de noviembre de 1570, la expulsión general de 110.000 moriscos granadinos. Y esto no es un tópico ni una leyenda negra, sino una de las mayores deportaciones que ha conocido la historia de la humanidad.

Por tanto, no se puede decir sólo que FelipeII fue un rey culto e ilustrado, hay que recordar también que no respetó la realidad secular de sus territorios, y que su intolerancia y dogmatismo le llevó a violar los derechos de una minoría, la morisca, que se resistía a perder sus costumbres y creencias. La exposición debería decir, en honor a la verdad histórica, que en su imperio nunca se ponía el sol, y que, a pesar de todo, hubo más sombras que luces. Este colectivo seguirá denunciando las situaciones o iniciativas que no respeten la memoria y los derechos de las minorías.- en representación del colectivo Manifiesto 2 de Enero.

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