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Rato basa en la inversión el crecimiento del 3,9% en 1999 y cree realista una inflación del 1,8%

Elevar el crecimiento económico al 3,9% en 1999 y reducir la inflación al 1,8% no es, para el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, voluntarista. Al contrario, Rato cree que se trata de mantener las tendencias actuales, con un mayor protagonismo de la inversión. La reducción del déficit público al 1,7% del PIB, mantener la moderación salarial y avanzar en la liberalización económica, son los ingredientes que impedirán "un recalentamiento" de la economía. El Consejo de Ministros aprobó ayer la ley de transición al euro, donde se prevé que, cuando no se pueda usar el mibor como referencia para las hipotecas variables, el nuevo índice se aprobará por ley y será obligatorio.

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El Consejo de Ministros analizó ayer el primer borrador de los Presupuestos del Estado para 1999 y el cuadro macroeconómico que se aprobará la próxima semana. La economía crecerá un 3,9%, basándose más en la inversión que en el consumo privado, y el objetivo de inflación se sitúa en el 1,8%.El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, explicó que elevar el ritmo actual de crecimiento económico (ahora está en torno al 3,5%) "no implica riesgo de recalentamiento"; es decir, la posibilidad de que una demanda interna fuerte genere tensiones en los precios, en especial, tras la sustancial rebaja de las retenciones del IRPF prevista.

Al contrario, el Gobierno confía en bajar la inflación desde el 2,1% actual hasta el 1,8%, gracias no sólo a la moderación salarial, sino también a la reducción del déficit público y a la mayor flexibilidad y liberalización económica. Éste no es, según Rato, "un objetivo excesivamente optimista" ni "una previsión exagerada".

La diferencia entre los ingresos y gastos no financieros del Estado se situará en el 1,7% del PIB (en el primer semestre de este año alcanzó el 1,4%, y lo previsto para el final del ejercicio es el 2%, aunque recientemente se ha revisado esta estimación al 1,8%), lo que, según Rato, "es un objetivo ambicioso" y representa una reducción "de las más fuertes de la UE".

El gasto crecerá en la misma proporción que la economía (3,9%), la inversión pública será superior al déficit previsto y el saldo presupuestario sin intereses de la deuda (déficit primario) mejorará respecto de 1998 gracias a la reducción de los tipos de interés.

Coste de la reforma fiscal

En lo relativo a los ingresos, Rato sólo explicó que la presión fiscal bajará dos puntos del PIB. El vicepresidente rechazó revisar al alza su previsión sobre el coste de la reforma del IRPF después de que dos entidades financieras -BBV y Argentaria- lo situaran en 750.000 millones de pesetas, casi el doble de lo estimado por Hacienda. Rato no espera, por otra parte, que la profundización de la crisis asiática y las advertencias de la Reserva Federal estadounidense provoquen una corrección brusca en la Bolsa española. "Lo importante son los fundamentos económicos, y en España son sólidos", explicó. Dejó de lado a los "especuladores" para añadir que los inversores individuales no tienen que temer por sus ahorros.Rato hizo estas declaraciones después de la reunión del Consejo de Ministros de ayer, que aprobó la denominada ley paraguas de introducción del euro. La principal novedad es que el Ministerio de Economía seguirá publicando el mibor como referencia para los créditos hipotecarios variables.

Si la desaparición del mercado interbancario nacional implica dificultades para la elaboración de este índice, el Gobierno aprobará por ley la referencia que lo sustituya. Ésta deberá prevalecer aunque en los contratos entre los bancos y los clientes se haya establecido otra opción, por lo general, más gravosa para el titular del crédito que el actual mibor.

El cambio de pesetas a euros -a partir del 1 de enero del 2002- será, por otra parte, gratuito. No se establece, sin embargo, una norma de doble etiquetado (en pesetas y euros) para los productos.

El Consejo de Ministros aprobó ayer también la renovación del Consejo de Gobierno del Banco de España. Eugenio Domingo y Vicente Salas (ambos en el Banco Central Europeo) han sido sustituidos por Jaime Requeijo y Eduardo Bueno.

Además, se prorroga por tres años el mandato de los consejeros Julio Segura, Jesús Leguina y José Manuel González-Páramo. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, reiteró ayer que la designación se adapta a la Ley de Autonomía del Banco de España y a los requisitos fijados por el BCE.

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