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La Comunidad castiga a una inmobiliaria con 50 millones por graves deficiencias en 306 pisos

El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid acordó ayer imponer una multa de 50millones de pesetas a la promotora inmobiliaria que levantó ocho bloques de viviendas de entre 10 y 12 pisos de altura en Fuenlabrada (164.000 habitantes). La empresa 30 Ramos, SA, domiciliada en Griñón, ha sido sancionada por una infracción muy grave al construir 306 pisos sin los materiales prometidos a sus compradores y con graves defectos que han ocasionado grietas, filtraciones y humedades. Las torres tenían calderas al descubierto y carecían de contadores de gas.

El Consejo de Gobierno culpa a la promotora de todas las deficiencias halladas y no subsanadas. El dinero de la sanción no llegará a los vecinos. Éstos tendrán que esperar a la resolución del proceso judicial abierto contra la empresa por el juzgado de Instrucción número 3 de Fuenlabrada.Los pisos fueron promovidos en dos fases por la inmobiliaria 30 Ramos, que encargó la obra a Jotsa. En los catálogos de publicidad para comercializar la urbanización Residencial Las Torres se prometían pisos de lujo con "grandes zonas ajardinadas" en el centro de Fuenlabrada. La promotora consiguió vender todas las casas en dos años.

Las viviendas levantadas por 30 Ramos en la calles de Valencia y de Albace se entregaron en mayo de 1996. El precio de venta oscilaba entre los 11,5 millones (dos habitaciones), 12,5 (tres), 13,5 (cuatro) y 16 los dúplex.

Otros vecinos de la zona, con vivienda en la avenida de España promovidas por la misma empresa, ya sufrían por entonces las consecuencias de una deficiente construcción. Al cabo de un año empezaron a aparecer las grietas en el techo. Cada vez que llovía, se inundaban las terrazas. "Acudimos a la Comunidad de Madrid para denunciar los desperfectos", explica Javier, presidente de uno de los bloques. En aquella época, la empresa culpó de los problemas a los vecinos por no ventilar las casas.

Puertas blindadas

Mientras tanto, otras 306 familias, que ignoraban estos problemas, adquirieron pisos a la misma promotora en la calle de Albacete y de Valencia, en Fuenlabrada. Estos inquilinos se toparon de frente con los problemas al entrar en sus casa. La consejería de Economía los relata en el expediente sancionador: - Defectos en el alicatado, y en los tabiques interiores.- Desconchones múltiples.

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- Colocación incorrecta de los pomos de las puertas.

- Carpinteria de madera defectuosa en puertas y rodapiés.

- Falta de persiana en el ventanal del salón.

- Ausencia de la grifería monomando prometida en el proyecto de ejecución.

- Ausencia de puerta blindada en la entrada de la vivienda, pese a que aparecía en el proyecto.

- Defectos de pintura en el interior de la vivienda.

- Grietas en tabiques, techos y falsos techos.

- Malos olores en cuartos de baño y ruidos en el interior de las tuberías.

"Todo era de mala calidad", concluyó ayer Benito, uno de los afectados.

Posteriormente hubo filtraciones de agua en los ascensores en el número 30 de la avenida de España y en el de la calle de Albacete, 9 que han dejado inutilizado el elevador para subir a la torres de 12 pisos de altura. Para los vecinos de las casas más altas llegar a casa es una tortura diaria.

Alberto compró su piso por 11 millones en 1996. "Cuando lo ví, me derrumbé", dice. "Pusimos todos los ahorros en la casa y todo estaba mal, nos habían estafado". La promotora 30 Ramos no atendió las quejas y reclamaciones vecinales. "Era como si hubiesen desaparecido y encima nos acusaban a nosotros de los problemas".

Repintados

La mayoría de los inquilinos solucionó los problemas con su dinero. Andrés se gastó medio millón de pesetas en pintar su casa. "El resto de averías no las he arreglado y soporto las humedades porque no tengo dinero para más", agrega.En algunas fachadas, todavía cuelgan las ventanas y son visibles las grietas. En el garaje de la avenida de España, el agua aún se filtra por los techos y paredes. La planta baja carece de los correspondientes sumideros. "Cada vez que llueve, todo se encharca", describió ayer Emilio, otro de los vecinos que confía en que algún día "la constructora les arregle todas las deficiencias".

Los inqulinos también aseguran que tres de los bloques de la calle de Valencia todavía no tienen la correspondiente licencia de primera ocupación del Ayuntamiento de Fuenlabrada. Pese a todo, allí viven 300 familias.

Este periódico intentó ayer, sin éxito, recabar la versión de la promotora inmobiliaria sancionada por la Comunidad de Madrid. Según los vecinos, la empresa que les vendió los pisos ha desaparecido.

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