JOSÉ COSMEN PRIMER INVERSOR EN CHINA "Hay que tener paciencia para instalar un negocio en Asia"
Maestro de empresarios, precursor, emprendedor modelo. Éstos son algunos de los elogios que recibió ayer José Cosmen, presidente del Grupo de transporte Alsa y el primer empresario español que invirtió en China, allá por el año 1984. Cosmen, natural de Cangas del Narcea (Asturias), casi septuagenario y descendiente de arrieros y conductores de diligencias, recibió un homenaje en el Encuentro de Relaciones Comerciales y de inversión en Asia celebrado ayer en el Museo Guggenheim de Bilbao. Las jornadas, organizadas por Cinco Días y Pricewaterhouse Coopers y en las que ha colaborado el Banco Bilbao Vizcaya (BBV), reunió ayer a varios centenares de empresarios y autoridades en el famoso museo de la capital vizcaína. Con el título 25 años de relaciones diplomáticas entre China y España, 20 años de reformas económicas de China, el encuentro se convirtió en una llamada a la inversión en este país, que cuenta con un importante potencial de crecimiento. La invitación a instalarse en China pilló de vuelta a Cosmen, presidente del Grupo Alsa, que siempre soñó con extender sus autobuses a China y que en 1984 se instaló en este país. Cosmen explicó ayer su experiencia a un auditorio integrado mayoritariamente por empresarios. "Hay que tener paciencia para invertir en este país", señaló Cosmen, para añadir que las diferencias entre los gobiernos de las diversas regiones de China y la participación del Estado, que siempre nombra a un gestor político para supervisar las inversiones extranjeras, atrasan enormemente la instalación de negocios. El empresario desembarcó en 1984 en la zona económica especial de Shenzhen de la República Popular China, donde creó la sociedad Nanyio Vehicles Transportation Service Company, la primera joint venture (sociedad conjunta) chino-española. A esta primera compañía, dedicada a la explotación de un servicio de autobuses y taxis en Shenzhen, le han seguido otras muchas de capital mixto chino y español. Actualmente, el grupo Alsa participa en 13 sociedades mixtas en China y tiene intereses en porcelanas, textiles, productos de alimentación y actividades de exportación e importación. La intervención del asturiano fue un alarde de tolerancia. "No hay una regla de oro que sirva a todas las empresas", comentó Cosmen, quien aconsejó a los inversores españoles llevar "una actitud respetuosa a China, porque allí sólo somos unos invitados". Como ejemplo de paciencia, contó que cuando Alsa llegó a China no había horarios en los autobuses, que no partían hasta llenarse de gente. "Hace unos años pusimos horarios fijos y desde entonces, hemos duplicado el número de viajeros", relató. El empresario se refirió también a la política de integración que ha llevado su grupo que realiza intercambios regulares entre técnicos chinos y españoles y ha conseguido crear en este país una estructura estable. "Allí tenemos una red de talleres de mantenimiento a la altura de cualquier país occidental", aseguró. Cosmen ha conseguido, como ayer resaltó el ministro de Industria, Josep Piqué, "convertir una empresa familiar en una multinacional". El negocio, que continúan varios hijos del empresario, participa en 67 compañías de transporte, turismo y comercio en los cuatro continentes. Con clara vocación exportadora, los gestores del grupo Alsa han abierto el camino a otras empresas. Así lo aseguró ayer Koldo Saratxaga, gerente de la cooperativa Irizar de MCC. "Nos costó dos años llegar a acuerdos con las autoridades chinas", dijo Saratxaga, quien agradeció públicamente a la familia Cosmen la ayuda que les ofrecieron para instalarse allí. Junto a Saratxaga, desfilaron otros cinco empresarios con negocios en China, que coincidieron con Cosmen en señalar la necesidad "imbuirse en la cultura" para hacer negocio. Es el caso de Alcatel, cuyo presidente contó que el primer acuerdo que firmaron en 1988 hubo que retrasarlo hasta el 8 de agosto porque éste es un número mágico en la cultura china. Con 14 años de historia del grupo Alsa en Shenzen, Cosmen elogió ayer la apertura económica controlada de China, animó a las pequeñas y medianas empresas a invertir y abogó por reinvertir los beneficios en este país.
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