El poder está en tus manos

En el mundo que pertenece a la utopía, la conducta de los hombres está regida por el altruismo, y la máxima "ama a tu prójimo" está sellada en el corazón de cada hombre y de cada mujer. Es un mundo sin violencia, en el que sólo la debilidad del cuerpo humano es lo que nos separa del paraíso. Es un mundo en el que domina la lógica de los sentimientos y la madurez del hombre. Ese metamundo existe en realidad y está en el interior de nosotros mismos.El hombre más malvado posee un conocimiento de ese mundo, y tal vez sólo está cegado por una idea equivocada. Sólo una idea principal alberga la mente del ser humano: el deseo de agradar a otra persona, a otras personas o a una multitud. Nuestro afán de ser aceptados por los demás cohabita en nuestro espíritu con la idea de contentarlos y de contribuir así a hacer un mundo mejor. Pero la idea que cada uno tiene de un mundo mejor es a veces distinta para cada uno. ¿Quién es el juez que determina las ideas equivocadas?

Los jueces son el paso del tiempo y la medida del sufrimiento que esa idea causa en el hombre. Pero en el mundo existe un desequilibrio. ¡Tantas ideas equivocadas han sido llevadas a la práctica por hombres que han utilizado exclusivamente la violencia para ello! ¡Y, a la vez, tantas ideas buenas, más incluso, no han podido ser llevadas a cabo!

Porque hay personas capaces de realizar sus pesadillas, y otras incapaces de llevar a cabo sus sueños más hermosos. Sólo unos cuantos han tenido la osadía de plasmar todas sus buenas y acertadas intenciones. Es digno de admirar aquel que no tiene ideas equivocadas y sabe llevarlas a cabo. El verdadero poder está en sus manos.

Pero todo hombre y toda mujer tienen el bien preciado de actuar, y de actuar conforme a sus creencias. Es responsabilidad de cada uno no permanecer impasible ante la injusticia y el sufrimiento ajenos, ante la violencia y la marginación, luchar contra las ideas que cree equivocadas y saber admitir a tiempo las que alguna vez tuvo él.

Nosotros no somos plantas ni animales, no sufrimos el mundo. Nosotros, el ser humano, soportamos el mundo, y somos responsables de él. Tenemos la increíble capacidad de cambiarlo, de cambiar a los demás, de cambiarnos nosotros mismos; tenemos la capacidad de luchar, de trabajar por un mundo mejor haciendo mejores a los demás. Tenemos el poder en nuestras manos.- . .