Un organismo de 18 jueces con sede en La Haya
El recién creado Tribunal Penal Internacional (TPI) tiene el cometido de juzgar los delitos más graves de amplitud internacional, como el genocidio, los crímenes de guerra, los crímenes contra la humanidad y los de agresión. Entre las penas especificadas en el estatuto que le da vida no figura, pese a los fuertes requerimientos de numerosos países, la pena capital. En líneas generales su composición y sus atribuciones serán las siguientes:Tendrá un fiscal independiente y 18 jueces elegidos para un periodo de nueve años, y la sede se fijará en La Haya (Holanda). El fiscal estará sujeto, no obstante, a la decisión de una sala de instrucción, que se pronunciará previamente sobre los casos susceptibles de ser admitidos a trámite.
El Tribunal Internacional interviene cuando la justicia de ámbito nacional no actúa.
Los países signatarios pueden optar por una moratoria que les deja en términos prácticos fuera de la jurisdicción del tribunal en lo que se refiere a los crímenes de guerra por un periodo de siete años.
De acuerdo con los estatutos, los Estados que no firmen el tratado acordado en Roma que da vida al Tribunal Penal Internacional no están afectados por su jurisdicción. Sin embargo, un ciudadano de un país que no ha sido signatario del tratado puede verse en el banquillo de los acusados por el Tribunal Penal Internacional cuando el país de la presunta víctima sí lo haya firmado o lo autorice expresamente. Basta también para activar la competencia del tribunal que el país al que pertenece el presunto agresor dé su consentimiento expreso para ello o se adhiera al tratado.
La acción del tribunal podrá ser detenida a petición unánime de los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El periodo máximo de pausa es de 12 meses prorrogables.