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La casa o la vida

,Gonzalo Queipo de Llano tenía motivos para estar contento aquel día de julio de 1936. Su visita a Umbrete no pudo ser más provechosa. Doña Dolores Márquez de Salado le regaló al militar de Tordesillas seis bocoyes de vino, cinco de un caldo de excelente calidad y uno de una manzanilla "de cosecha de hace 90 años". Eso era lo de menos. "Esta mañana he tenido el gusto de visitar el pueblo de Umbrete", decía Queipo en una de sus habituales charlas de Radio Sevilla, "donde fui para firmar ante el notario de Sanlúcar la Mayor, don Manuel Herrera Carmona, la escritura de donación de una casa en la calle Ramón Ybarra número 15 de dicha villa, cuyo valor es de 45.000 pesetas, a favor del Ejército, y con el ruego de que se destine a casa-cuartel de la Guardia Civil, que ha hecho la vecina del citado pueblo doña Dolores Llorente Guerrero, asistida de su marido, don Manuel Osuna Rodríguez de Mendoza". El asunto no tendría mayor importancia de no ser porque Manuel Osuna, boticario de Umbrete, fue el último alcalde republicano de este pueblo del Aljarafe sevillano y sobre él pesó la amenaza de muerte del régimen surgido de la guerra civil; sería casi una nota de sociedad de no ser porque Dolores Llorente, donante de la casa y esposa del alcalde, la recibió como regalo de boda de su madrina, Milagros Guerrero. El nuevo alcalde le comunicó al párroco de Umbrete, Antonio Parejón, que su predecesor sólo salvaría la vida si entregaba la casa al Ejército, con el añadido humillante de dispensarle a Queipo de Llano un refrigerio en la casa que hasta noviembre de 1995 fue casa-cuartel de la Guardia Civil. El hijo del alcalde republicano de Umbrete, también llamado Manuel Osuna, tenía 22 años y pesaba sobre él idéntica amenaza. Cada vez que viajaba en tren a ver a su novia en Guadalcanal, punto neurálgico del frente de Extremadura, portaba como salvoconducto el recorte de periódico donde venía la donación. Salvaron la vida pero perdieron la casa. Los acogió en el inmueble adyacente la madre de Dolores, doña Carmela Guerrero Quevedo. Con afanes de detective, el hijo del alcalde no descansó ni un minuto para recuperar aquel patrimonio usurpado por la fuerza, como reconoció en declaración ante notario el 22 de septiembre de 1945 Antonio Parejón, el párroco que presintiendo su propia muerte no pudo convivir más tiempo con aquella infamia. Osuna recogió testimonios notariales de los tres primeros alcaldes del Movimiento y de tres curas, dos párrocos de Umbrete y el rector del seminario. Dolores se empeñó en que su hijo estudiara en el seminario "para que se hiciera obispo". Destinado en Villanueva del Río y Minas, Manuel Osuna, el hijo del alcalde, enseñaba a leer a los hijos de los mineros con el Platero y yo; aunque nunca llegó a obispo, dio clases de Lengua y Estilística en el Seminario de Vocaciones Tardías de Umbrete. Su última pasión fue la contemplación de platillos volantes; ufólogos de toda España viajaron a Umbrete a homenajearlo. Este profesor de mineros y corrector de curas fue quien más empeño puso en recuperar la casa. Un entusiasmo que transmitió a sus tres hijas: Dolores, Antonia y Rosario. El testigo lo coge Javier Amores Osuna, 26 años, abogado, el mayor de los bisnietos del último alcalde republicano de Umbrete. "Es una cuestión de justicia y una cuestión sentimental", dice Dolores Osuna, nieta del alcalde, que trabaja en la administración de Justicia. A Manuel Osuna le cogió el 23-F de Tejero en un quirófano de la Cruz Roja de Triana. Quiso poner el asunto de la casa en conocimiento de Felipe González, pero se murió un mes después de que los socialistas ganaran las elecciones del 82. Umbrete es un curioso caleidoscopio político. En las municipales del 79 salió un alcalde del Partido del Trabajo. Después ganó uno que lo fue en el Movimiento. Un alcalde socialista comunicó a las hijas de Osuna que la guardia civil se iba de la calle Cervantes (ya no se llama Ramón Ybarra ni cuesta 45.000 pesetas) a Bollullos de la Mitación. "Yo me enteré por el cabo, que vino a escondidas", dice Concha León, hija de Dolores Osuna. Los nietos de Manuel y de Dolores tienen hasta el 20 de agosto para presentar el recurso administrativo contra el informe negativo remitido desde el número 35 de la calle Serrano por un funcionario llamado Gregorio Madero Ruiz-Jarabo que los invita a adquirir la casa por su valor catastral. El alcalde actual de Umbrete, Ramón Mier Salado, del PP, es el principal abanderado de las Osuna. Queipo se bebió la manzanilla que le regalaron en la patria del mosto. La casa sigue en pie. Sin el retrato de Azaña que presidió el salón hasta julio del 36.

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