Menem convoca un referéndum en Argentina sobre su reelección

La lucha interna en el Partido Justicialista (PJ) argentino ante una segunda reelección de Carlos Menem (prohibida por la Constitución) había adquirido tintes de guerra abierta a raíz de la decisión de Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires, de convocar un plebiscito para el 13 de septiembre sobre la continuidad de Menem en el poder. Ayer, el propio Menem disparó por elevación y convocó un referéndum no vinculante en todo el país sobre su candidatura a la reelección.

Ante este nuevo capítulo del culebrón conocido como la re-re (de re-reelección), la vida política argentina se presenta plagada de incidencias. Al margen de la opinión pública, más preocupada por el empleo y el índice de precios que de un tercer mandato de Menem, la clase política oficialista está decidida a convertir una pugna partidista en una cuestión de Estado. La operación tiene serios riesgos para el propio presidente, cuya imagen se erosiona día a día por su empecinamiento en perpetuarse en el poder.La jugada de Duhalde, máximo rival de Menem en las filas peronistas y aspirante a su vez a la presidencia de la República, perseguía sepultar el proyecto reeleccionista. "¿No querían que la gente opine? Bueno, la gente va a opinar", desafió ayer. Para ello confiaba en que los ocho millones de votantes de la provincia de Buenos Aires -el 36% del censo electoral argentino- dijesen no a una pregunta sencilla: "¿Está a favor de que los diputados y senadores nacionales por la provincia de Buenos Aires voten una ley que habilite la reforma de la Constitución para permitir una nueva reelección del presidente de la nación?".

El objetivo no era descabellado si se tiene en cuenta que los peronistas ya fueron derrotados en esta provincia por la oposición el pasado octubre.

Los dirigentes de la Alianza rechazaron "la epidemia plebiscitaria", aunque adelantaron que en cualquier caso estarían del lado del no. La última encuesta indica que el 76% de los electores de Buenos Aires están en contra de la reelección.

Para compensar el mal augurio de estos datos, el Gobierno dobló ayer la apuesta de Duhalde y aprobó hacer la convocatoria extensiva al resto del país, donde el menemismo cuenta con el peso de los gobernadores provinciales. El presidente se reunió ayer con dos de sus fieles -el ministro del Interior, Carlos Corach, y el senador nacional Eduardo Bauzá- para estudiar la idoneidad de la medida, que el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, también aprobó.

La pugna interna en la familia peronista entre menemistas y duhaldistas amenaza el Congreso Nacional del partido, convocado para el viernes y aplazado momentáneamente. Tras la convocatoria del plebiscito por parte del gobernador bonaerense, los sectores menemistas se apresuraron a adelantar la convocatoria de una consulta nacional no vinculante, que se celebrará el próximo mes de noviembre.

La que peor parada sale en la guerra entre peronistas es la Alianza opositora, ya que Duhalde pasa a ocupar el espacio de principal adversario de Menem. Por ello, los dirigentes aliancistas intentaron desmarcarse de las peleas internas del oficialismo -"puede aparecer la violencia política", advirtió el diputado Carlos Chacho Álvarez- y rechazaron la convocatoria, dejando claro que, llegado el caso, llamarían a votar no al tercer mandato. "Si se sigue por este peligroso camino, descontamos que habrá un no terminante porque la gente reafirmará lo que la Alianza ha venido sosteniendo: la defensa de la Constitución", señala un comunicado opositor.

La precandidata de la oposición, Graciela Fernández Meijide, llegó a comparar la "democracia plebiscitaria" con la metodología usada por Hitler y Mussolini.