Un millón de jóvenes convierten el centro de Berlín en una vibrante pista de música tecno
El 'Desfile del amor' reúne en su décima edición a adictos al "rave" de toda Europa
Un millón de jóvenes celebraron ayer en Berlín la mayor manifestación musical y callejera de la juventud tecno a nivel mundial: Love Parade. El centro de la capital quedó colapsado cuando un millón de jóvenes transformó la central avenida del 17 de Junio en una vibrante pista de baile gigantesca. A pesar del mal tiempo pronosticado, un cielo bastante nublado y chubascos, la Love Parade (Desfile del Amor) consiguió de nuevo en su décima edición congregar a adictos del tecno procedentes de todas las partes del mundo. París prepara ya una versión simultánea.
A las dos de la tarde y bajo el lema "One world, one future" (Un mundo, un futuro) se pusieron en marcha por primera vez dos diferentes columnas del desfile desde puntos opuestos de la ciudad, para unirse finalmente al atardecer en la plaza central de la Siegessäule (Columna de la Victoria).La tremenda multitud bailó como en trance con la frenética música tecno desde inmensos amplificadores de sonido instalados sobre las 47 carrozas. Las carrozas participantes en el desfile procedían este año de Gran Bretaña, Bélgica, Francia, Rusia, Australia, África y Estados Unidos.
El centro de la capital alemana se convirtió en un Woodstock posindustrial con fuertes toques carnavalescos. Por todas partes se vieron ropas atrevidas en colores vivos. Dando la impresión que el raver moderno, fan de la música tecno, es simplemente un hippy que sólo baila más rápido.
Pinchadiscos
A las ocho de la noche, ya reunificados los desfiles del amor en la plaza central Siegessäule, el legendario fundador de la Love Parade, Dr. Motte, dio la bienvenida a las masas, y desde allí los pinchadiscos tomaron el mando hasta la madrugada del domingo, entre ellos los más célebres de la escena tecno alemana, como Sven Väth, Marusha y Westbam.Pero la Love Parade ya no es sólo un desfile de carrozas, sino un fin de semana con más de 50 fiestas de todo tipo en los diferentes clubes de la ciudad de Berlín.
Con sólo unas 150 personas empezó en 1989 el primer Love Parade, declarado ante las autoridades berlinesas como "manifestación política". Esta definición, que prestó a los organizadores la ventaja de no tener que correr con los gastos de limpieza, fue la fuente de todas las disputas que acompañó los siguientes desfiles. Para este año se estima que los costos de limpieza ascenderán a 500.000 marcos (unos 42 millones de pesetas). Dos días antes de la macrofiesta juvenil, los tribunales de Berlín obligaron a los organizadores a colocar basureros a cada 50 metros a lo largo de la ruta del desfile. Otra preocupación de la alcaldía berlinesa es sin duda el uso extenso de diversas drogas durante la Love Paeade. Según algunos expertos se extima que durante este fin de semana se consumirán unas 100.000 píldoras de éxtasis, una de las drogas favoritas de los adictos del tecno.
Aunque los organizadores de la Love Parade desmintieron los rumores sobre un posible traslado del desfile a París, a causa de las eternas críticas y dificultades con las autoridades de la metrópoli prusiana, se ha confirmado que se llevan a cabo negociaciones para tener una filial de la Love Parade en la capital francesa el próximo año. La presencia de Jack Lang, antiguo ministro de Cultura bajo el gobierno de Mitterrand, junto a una carroza francesa, puso de manifest el interés de París. Sin embargo, la perspectiva de una masiva concurrencia y el consecuente efecto turístico y comercial para la ciudad bastó para convencer a los funcionarios de Berlín de la importancia del festival. La solución pasó entonces por declarar la Love Parade de interés público y otorgarle el apoyo de la secretaría de Cultura. Todo ello da muestra del carácter mainstream de esta cultura y de la fuerte comercialización de la Love Parade.
Los adictos del tecno, sin embargo, siguen disfrutando del rave más grande del mundo con toda la diversión que implica. Un acontecimiento único, apasionante, anárquico y diferente. Para muchos el impacto cultural del movimiento tecno traspasa los terrenos del universo musical. Y Berlín, con su Love Parade, es definitivamente la meca de esta nueva cultura juvenil.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.