_
_
_
_
FAUNA

La ardilla roja Es posible encontrarla en la Sierra de Huétor, Granada

Hace más de 80 años que un pequeño piñón germinó y dio lugar a un espléndido ejemplar de pino pinaster que hoy se nutre de los suelos de la Sierra de Huétor en Granada. Arriba, ágil y traviesa, se encuentra nuestra protagonista, la ardilla roja -sciurus vulgaris-, saliendo del nido grande y hermoso. La ardilla se atiborra de frutos de los árboles en los que vive, con la minuciosidad y rapidez que le caracteriza. Entierra algunos frutos por aquí y por allá, pero no hace despensa como casi todos creen. Su mala memoria le ayuda poco a localizarlos. Menos mal que de olfato anda mejor y huele las semillas enterradas. A su altura abunda la presencia de aves que conviven con ella. Cada una especializada en su forma de vida y de sustento. El gato montés, el hurón y, sobre todo, la comadreja son sus mayores enemigos, ya que nuestra amiga duerme por la noche cuando ellos andan merodeando en busca de una presa.Nidos De hábitos diurnos, construye varios nidos para refugiarse, aunque uno de ellos es el principal. Con sus manos entreteje las ramas de tal forma que soportan fuertes vientos. Por dentro está mullidito a base de hojarasca y musgo. Cabeza y manos Sus penetrantes ojos negros, los pelos alargados de las orejas, la prodigiosa mandíbula y unas manos hábiles como las nuestras pasan en general desapercibidas. La ardilla trabaja a un ritmo desenfrenado para comer, ayudándose con sus manos, frutos y semillas. Alimentación Tiene una forma muy peculiar de sacar su alimento del caparazón o piña que lo contiene. Para los más experimentados, resulta fácil detectar su presencia observando su característica forma de abrir una piña o la cáscara de una avellana. Patas Las patas traseras le sirven para saltar, impulsarse, sujetarse con fuerza y también para incorporarse a observar lo que sucede alrededor. En este caso se ayuda de su gran cola. Su agilidad queda demostrada al saltar de rama en rama. La distancia sorprende, pero todavía más su precisión y soltura.

Más información
Retamar, entre la urbe y la paz
El agua del mar alivia la conjuntivitis
Achaques en remojo Las termas de Graena ofrecen ambiente familiar a precios asequibles

Texto: José Ramón González Pan. [PI] Dibujos: Bernardo Lara.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_