MCC y las sociedades laborales crean un marco estable de colaboración empresarial

Mondragón Corporación Corporativa (MCC) y la Agrupación de Sociedades Laborales de Euskadi (ASLE) firmaron ayer un convenio de colaboración para abordar proyectos empresariales conjuntos y canalizar sus relaciones con las instituciones. El acuerdo, que fue calificado por el presidente de MCC, Antonio Cancelo, como "un hito en la historia de la economía social de Euskadi", hace realidad en este ámbito la necesidad de alianzas empresariales en el País Vasco que tanto ha defendido Cancelo en los últimos meses. Las cooperativas de Mondragón facturan 726.706 millones de pesetas y emplean a 37.000 personas, y las 215 sociedades anónimas laborales de ASLE tienen una cifra de negocio de 84.000 millones de pesetas y una plantilla conjunta de 7.700 personas. Unidas, estas empresas con socios trabajadores aportan el 5,3% del PIB del País Vasco. Cifras aparte, el marco de colaboración suscrito ayer supone la unión de dos formas de economía social que nada tienen que ver en sus orígenes. El bastión cooperativo de Mondragón comenzó hace varias décadas de la mano del padre Arizmendiarreta con el objetivo de introducir una nueva forma de agrupación empresarial. ASLE, sin embargo, se inició en la economía social por necesidad; la crisis de la década de los 80 llevó a numerosos empresarios a ceder la propiedad de las empresas a los trabajadores, que pasaron por carambola a participar en el capital y la gestión de sus centros de trabajo, y se han ido reuniendo desde 1982 en la agrupación de sociedades laborales de Euskadi. La experiencia cooperativa del grupo Mondragón servirá a ASLE para resolver la cuestión de "cómo distribuir los beneficios entre los socios", apuntó el presidente de la agrupación, José Manuel Cacho. Los dos máximos responsables destacaron que persiguen como objetivo principal "la promoción de la riqueza y en el empleo en nuestro entorno". El convenio nace con un plazo de vigencia de tres años, aunque con vocación de ser indefinido. Una comisión de seguimiento velará por el cumplimiento de los acuerdos, que incluyen la promoción de sus sociedades, el intercambio de experiencias en la gestión y la colaboración en proyectos empresariales concretos. Será además una plataforma de interlocución con la Administración.