Escenas frente al mar
La sesión de cine junto al mar organizada en la noche del martes por la Agència Valenciana de Turisme en L"Alfàs del Pi empezó tarde y mal. La proyección de la película infantil Tic-Tac, de la directora catalana Rosa Vergés, enmarcada en el décimo Festival de Cine de la localidad de la Marina Baixa, hubo de suspenderse después de que comenzara con casi media hora de retraso y un problema técnico impidiera la salida de sonido. Pese a ello, el público asistente coincidió en alabar la idea de programar películas a la fresca. Hace ya tres años que la organización del festival alfasino decidió ofrecer proyecciones nocturnas gratuitas en la playa de L"Albir, como complemento a las sesiones de la sección oficial y los reestrenos proyectados en el cine Roma y en el salón de actos de la Casa de Cultura. Por lo general, las películas se seleccionan para contentar a un público familiar. De hecho, en la decepcionante sesión del martes la mayor parte del público respondía al perfil de matrimonio con hijos pequeños. El agradable clima mediterráneo y la posibilidad de imprimir un aire diferente a la monotonía de las noches estivales hacen que la iniciativa, que Turisme ha subvencionado con ocho millones de pesetas incluidos en el presupuesto general del certamen, tenga un gran éxito. Unas 400 personas esperaron el martes en vano a que Tic-Tac pudiera verse en condiciones óptimas. Los niños, que no entienden de sutilezas, comenzaron a vociferar su desilusión: "Esto es un rollo", gritaba una rubia regordeta; mientras, más allá, un grupo entonaba el cántico oficial de estas ocasiones: "Que empiece ya, que el público se va". No obstante, sus padres se mostraban partidarios de la posibilidad de entretener a sus retoños con una sesión de cine arrullada por el oleaje. Al ser un cine al aire libre, se procura que el contenido de las películas no resulte ofensivo para nadie. El año pasado, la proyección de la película Trainspotting, la exitosa y rompedora cinta escocesa que narra las andanzas de un grupo de yonquis en Edimburgo, pilló a muchos por sorpresa. "Era una película muy desagradable, todo el rato con drogas y con gente pinchándose", analizaba una vecina de L"Alfàs. "Era un poquito fuerte y me tuve que ir hasta yo, con que imagínate lo que pensarían mis hijas", resumió. Este año, pese a que la mayor parte de las películas que se exhibirán en el ciclo son aptas para todos los públicos, se informa previamente de su clasificación para no herir sensibilidades. La idea comienza a hallar eco en otras localidades turísticas de La Marina Baixa. Hoy comienza en Calpe Cinema a la mar, que llevará a una pantalla gigante instalada en la playa de la Fossa estrenos de marcado carácter comercial. Todos los miércoles de este mes y el siguiente, los espectadores, instalados en terrazas del paseo marítimo o sentados sobre la arena, podrán disfrutar de títulos como Aliens, el regreso -cinta con la que se inicia el ciclo-, La llave mágica, Full Monty y la inevitable Titanic. Calpe extenderá el diálogo con el Mediterráneo al ámbito de la dramaturgia. El programa Teatre a la mar llevará a las playas de la Fossa y del Bol las actuaciones del grupo Los que haga falta, que ofrecerán montajes que combinan la música y el diálogo con entremeses en los que narrarán historias. Las iniciativas de L"Alfàs y Calpe persiguen presentar sus playas como espacios en los que caben más actividades que el baño y el cultivo y activación de la melanina, como enclaves ideales para una noche de cine refrescada por la brisa marina y la luna que el martes, en su plenitud, despertaba reflejos plateados en el espejo de agua salada. Con un innegable atractivo turístico, no es de extrañar que sus organizadores ni siquiera hayan llegado a plantearse la inclusión en sus respectivos ciclos de cualquiera de las cintas de la serie Tiburón.
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