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Tomeo rechaza la literatura como "subproducto" de las editoriales

"Mis libros no se han convertido y creo que no se convertirán nunca en objetos de regalo, en subproductos de grandes editoriales". Al escritor Javier Tomeo, que dio una conferencia ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santader, le gusta recordar que sus primeras novelas se siguen vendiendo. Según él, eso quiere decir algo. Su última obra, El canto de las tortugas, publicada en Anagrama, es una fábula que el autor considera imposible de adaptar al teatro, algo que ha ocurrido con la mayor parte de la veintena de obras que lleva publicadas desde la década de los sesenta.Tomeo reconoce que esta especie de sambenito le suscita más de una reflexión y que aún no se acaba de explicar esa atracción de los adaptadores teatrales de diversas partes de Europa por sus novelas. Sin embargo, al contrario que otros autores, Tomeo asegura que reconoce perfectamente sus obras cuando las ve representadas en un escenario y explica la razón: "Son novelas muy dialogadas, en las que se producen muchas situaciones dramáticas. Mis obras carecen de un argumento, no hay grandes descripciones, son diálogos entre personas encerradas en un espacio. Esto hace que prácticamente no las alteren al adaptarlas. Las sintetizan, pero las palabras que pronuncian los actores son las mías".

El próximo año se estrenará la adaptación de otra de las novelas de Javier Tomeo, Los misterios de la ópera.

"Mentiría si dejese que no me preocupa lo comercial", reconoce Tomeo, "pero lo que no haré nunca será prostituirme literariamente o apuntarme a una determinada moda literaria. Yo escribo como lo siento". Lo hizo en una época muy difícil, durante todo el franquismo. Publicó novelas que no se parecían en nada a las que entonces se editaban y dice que, si entonces se inclinó por esta línea, no es ahora el momento de dejarla.

Novelas de moda

El escritor aragonés considera que en la actualidad hay novelas y novelistas de moda, pero cree que "al cabo de unos pocos años, no se acordará de ellos ni el apuntador. Ni de la novela ni del novelista". "Cuando escribo tengo que hacer un esfuerzo por no pensar en el fenómeno teatral que se puede producir después, pero algo me influye". Le afecta en su forma de escribir porque a Tomeo le gusta hacerlo de una forma sencilla, con pocas palabras y huir de lo que él llama "el fuego pirotécnico verbal" que utilizan muchos escritores.Javier Tomeo piensa que la novela no será sustituida por los nuevos productos audiovisuales que se están creando. "Los verdaderos lectores no podrán cambiar el libro por otra cosa. La relación íntima que se establece entre un lector y su libro, que es tanto intelectual como material, no podrá ser reemplazada nunca", añadió Tomeo.

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