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Holbrooke avala al moderado Rugova como su interlocutor en Kosovo

El enviado de Estados Unidos a los Balcanes y futuro embajador de su país en la ONU, Richard Holbrooke, dio ayer en Pristina un espaldarazo al dirigente de los albaneses de Kosovo, Ibrahim Rugova, cuya figura había quedado en entredicho los últimos días por el protagonismo creciente de los guerrilleros del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK).

Holbrooke lleva adelante, desde su llegada a Belgrado en la tarde del viernes, un apretado programa de conversaciones y consultas desde con el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, en Belgrado, a con políticos de las más variadas tendencias de Kosovo. El diplomático estadounidense abandonó ayer a primera hora de la tarde Pristina para regresar a Belgrado y mantener una nueva entrevista con Milosevic y anunció que hoy por la mañana regresará a la capital de Kosovo. Al mismo tiempo, se esperaba ayer en Belgrado la llegada del viceministro ruso de Asuntos Exteriores Nikolái Afanasievski para tratar la crisis de Kosovo. Los países de la OTAN intentan que Moscú ejerza un papel moderador ante Milosevic. Los periodistas que siguen la crisis de Kosovo en Pristina practicaron ayer el juego de Esperando a Holbrooke en un día en el que el tiempo hacía de las suyas y se pasaba de fenomenales chaparrones a golpes de bochorno. Tras jugar al gato y al ratón durante casi todo el día, al fin Holbrooke compareció ante la prensa a las puertas de la humilde morada de la Liga Democrática de Kosovo, que preside el presidente Rugova. Para esta breve declaración fue menester que el embajador de EEUU en Macedonia, Christopher Hill, aportase una buena soga: no para ahorcar periodistas, sino para abrir un espacio de separación con Holbrooke, a quien le molestan los achuchones de la prensa.En su breve declaración, Holbrooke dejó claro que Estados Unidos está dispuesto a oír todas las voces del amplio espectro político kosovar. Sobre lo que escuchó ayer en Pristina dijo el diplomático que algunas cosas son interesantes para Washington y otras de consumo interno. Afirmó Holbrooke: "Estamos aquí para ayudar al pueblo albanés de Kosovo en la búsqueda de la dignidad humana, paz y seguridad". A continuación, reiteró Holbrooke la posición de Estados Unidos para que la solución del problema de Kosovo sea pacífica: "No apoyamos ninguna política basada en acciones militares o policiales para llegar a una solución violenta del problema". Añadió Holbrooke que el uso de la violencia genera más violencia.

Tras esta declaración de principios, pasó a dar el espaldarazo a Rugova, quien se encontraba a su lado ante un segundo micrófono. Esta aparición y las palabras de Holbrooke equivalen a una forma de dar a Rugova el carácter de interlocutor válido, tras haberlo dejado casi en evidencia días atrás, cuando el enviado estadounidense se entrevistó con representantes de la guerrilla del Ejército de Liberación de Kosovo.

El auge en los últimos meses del ELK y la revaluación que recibieron por parte de los diplomáticos de Estados Unidos habían dejado en entredicho a Rugova, cuya política pacifista no ha dado resultados palpables para la población de Kosovo en los últimos años. Holbrooke agradeció a Rugova su compromiso para alcanzar una solución pacífica.

"Le reafirmamos nuestro apoyo y nuestra intención de continuar trabajando muy próximos a usted. Nos vemos mañana de nuevo", dijo. Rugova agradeció a Holbrooke sus desvelos y pidió que EEUU se comprometa todavía más.

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