Castro califica de "victoria moral" la actuación de la flota española en 1898

Fidel Castro, presidente cubano, rindió ayer homenaje a la actuación de la flota española en la batalla naval librada en la bahía de Santiago de Cuba hace cien años. Castro dijo en La Habana que la batalla fue una "victoria moral de aquellos marinos" y la calificó como " una de las grandes proezas de la historia y un acto heroico" de los militares españoles. El líder cubano añadió que a los norteamericanos, vencedores aquel día, "debería darles vergüenza hablar de esa victoria, este tipo de victorias no se cuentan".

La derrota de la flota española -comandada por el almirante Pascual Cervera- en la batalla naval librada en la bahía de Santiago de Cuba supuso el fin de la guerra hispano-cubana-norteamericana y decidió la independencia de la isla.Castro, durante el discurso de clausura del Congreso Economía 98, explicó todos los pormenores que precedieron a aquella batalla. Destacó la disciplina de los marinos españoles y aseguró que la escuadra española, que según Castro no estaba en condiciones de ocasionarle ni una baja a las tripulaciones de la naves de guerra norteamericanas, "no se rindió y tuvieron que hundir los barcos y, ya heridos de muerte, lanzarlos contra las costas".

El presidente cubano recordó que todos los navíos españoles salieron uno a uno para enfrentarse a la "poderosa escuadra norteamericana", integrada por acorazados y cañoneras con un blindaje "tres veces superior" a los barcos del almirante Cervera. "Ese no fue el combate de una escuadra contra otra escuadra", concluyó, "porque en ese combate no habrían estado en condiciones de ganar". En esta histórica batalla, todos los navíos españoles embarrancaron o fueron hundidos bajo el fuego de los acorazados norteamericanos. En la confrontación perdieron la vida 323 marinos españoles, 121 fueron heridos y más de 1200, entre ellos Cervera, hechos prisioneros.

El centenario de este acontecimiento fue recordado ayer en Santiago de Cuba en una ceremonia presidida por el comandante de la Revolución cubana, Juan Almeida. En el acto participaron también el nuevo embajador de España, Eduardo Junco, y tres descendientes directos del almirante Cervera.

Dos miembros de la agencia Océano Alfa, José Ángel Sanz Wollstein, cámara, y Adolfo Navarrete, fotógrafo que sabían que los buques de la escuadra del almirante Cervera habían sido hundidos en los alrededores de Cuba se dirigieron hacia esa zona para tratar de fotografiar bajo el agua algunos de los navíos hundidos.

Con la ayuda de pescadores de la zona y dos buceadores cubanos, descubrieron el destructor Cristóbal Colón y consiguieron fotografiarlo. En su recorrido por el interior del buque, de 100 metros de eslora, pudieron observar balas de máuser, peines, cartuchos de mayor calibre y armamento en general. Es la primera vez que alguien consigue fotografiar estos restos de la flota española, ya que en la actualidad, y según un comunicado de la agencia Océano Alfa, no hay ningún recordatorio o señal que indique el lugar de la batalla naval en la que la flota española perdió la guerra con EE UU.

Esta batalla dio origen a la firma del tratado de París por el que España perdía Cuba, Puerto Rico y Filipinas.