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La hambruna castiga duramente la región sudanesa de Bahr el Ghazal

Aluat, una escuálida niña de ocho años, acaba de ser enterrada dentro de un saco de cereal vacío en el pequeño cementerio enclavado tras el centro nutricional de Ajiep. En esta pequeña localidad de la región de Bahr el Ghazal, situada al sur de Sudán, la hambruma ha vuelto a golpear, añadiendo penurias a la que ya esparce la guerra civil entre el norte islamista y el sur negro y cristiano. Entre tres y seis personas mueren de hambre cada día en Ajiep, donde Médicos sin Fronteras (MSF) ha abierto el centro nutricional.

El pequeño cuerpo de Aluat, desarticulado y esquelético, había sido encontrado una hora antes en medio de la desdicha y el caos de centenares de mujeres y niños hambrientos que gritan mientras tratan de abrirse paso para entrar en el centro. "Murió de hambre, como su madre", dice la tía de Aluat al término de la breve ceremonia fúnebre.Mientras la hambruna se extiende a lo largo de esta parte de la región de Bahr el Ghazal, el número de personas que acuden en busca de apoyo al centro de primeros auxilios abierto por MSF crece día a día. Muchos han caminado durante días en condiciones deplorables para llegar a Ajiep, y muchos han dejado la vida en el camino. Pero no se puede decir que los que han alcanzado Ajiep han puesto fin a sus pesadillas. Centenares de personas tienen que volver sobre sus pasos cada día. Los médicos no dan a basto. "Lo peor es tener que decir no", dice la enfermera danesa Charlotte Kragbol. "Decir no cien veces al día. Eso es lo que duele".

Al menos 33 personas murieron en el centro la semana pasada, y entre tres y seis mueren cada 24 horas desde entonces. A la puerta del centro, guardias con bastones tratan de alejar a madres desesperadas que alzan a sus delgaduchos bebés. Dentro del recinto, quienes han logrado deslizarse son expulsados sin contemplaciones. "Mira, aquella mujer todavía tiene cuerda para rato, debe irse", indica una enfermera. Cerca de 300 de los peores casos, niños en su mayoría, son atendidos cada día.

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