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Rojo provoca la ira de los sindicatos al proponer un seguro de paro que incentive el empleo

El informe anual del Banco de España (1997) resalta que la economía española ha conseguido acceder al euro por la estabilidad y al aumento de la confianza. Pero la moneda única requiere unos grados de "flexibilidad y eficiencia que están lejos de haberse alcanzado". Considera urgente "doblegar" algunas partidas del gasto público y que la reforma fiscal no impida la eliminación del déficit. Exige salarios más flexibles y una reforma del seguro de paro que incentive la búsqueda de empleo. Los sindicatos UGT y CCOO calificaron esta propuesta de "provocación" hacia los parados.

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Las menciones a la estabilidad y la confianza generadas en la economía española durante 1997 son constantes en el informe anual del Banco de España. "La economía española", señala, "aumentó su dinamismo, en un clima de notable estabilidad, gracias a una instrumentación equilibrada de las políticas macroeconómicas y a un contexto internacional favorable".Los principales desequilibrios, añade, experimentaron significativas reducciones. La inflación descendió a mínimos históricos y se aproximó a la de los países más estables de la UE, "lo que permitió cumplir holgadamente los objetivos de la política monetaria".

Las cuentas públicas redujeron su saldo deficitario, el fortalecimiento de la actividad económica se tradujo en una elevada creación de empleo y las cuentas exteriores obtuvieron superávit. Todo ello, según el banco emisor, ha permitido a España incorporarse al euro "en condiciones similares a las de los restantes países".

Pese a esta buena calificación, el Banco de España considera que la unión monetaria "representa un cambio estructural profundo" que "será positivo a largo plazo", pero "no está exento de riesgos". En concreto, los derivados de una política monetaria común que no permitirá actuar sobre el tipo de cambio para frenar a una economía tan lanzada como la española. Ésta se adentra en el euro con una expansión "vigorosa", que llegará al 3,7% en 1998, por encima de la media de la UE (3%).

Más reforma laboral

La entidad que dirige Luis Ángel Rojo es "optimista" sobre la capacidad de la economía española para adaptarse a los nuevos tiempos "si se realizan los ajustes necesarios". Se cuenta con una política monetaria común que será perseverante contra la inflación.La política presupuestaria no podrá, añade, ser expansiva. Las reformas estructurales, por último, adquirirán "una particular relevancia" y deberán orientarse a "garantizar que la economía alcanza y mantiene unos niveles de eficiencia, flexibilidad y competitividad necesarios en la unión monetaria".

El banco emisor lanza, en este último aspecto, una crítica severa, prácticamente la única. "La adaptación de la economía española al contexto de la moneda única", explica, "requiere unos grados de flexibilidad y eficiencia que están lejos de haberse alcanzado".

El Banco de España no entra en muchos detalles al respecto, con la excepción de lo relativo al mercado laboral. Parte de la base de que el empleo ha crecido (un 2,6% el pasado año), pero la tasa de paro en España "es notablemente superior a la del área del euro" . Añade que los incrementos salariales no recogieron todo el recorte de la inflación. La receta es profundizar en la reforma laboral.

El banco emisor propone "avanzar en una mayor flexibilidad salarial". En este terreno, explica, "las rigideces más perturbadoras" se localizan en los procedimientos de negociación colectiva. Hay una estructura "muy atomizada" de categorías profesionales, con una gran variedad de salarios de entrada, relativamente altos en las categorías más bajas.

Esto se combina con un sistema de negociación colectiva "centralizado", que establece crecimientos salariales homogéneos en todos los ámbitos. El resultado, según el Banco de España, es que se dificulta "la adaptación de los salarios a la productividad" y se deteriora de la competitividad.

Propone también que la regulación de los mecanismos de ajuste de plantillas no resulte disuasoria para la contratación. En lenguaje llano, eliminar trabas al despido y abaratarlo. Igualmente, pide el descenso de los costes laborales no salariales (las cotizaciones sociales) y un seguro de desempleo más orientado a incentivar el trabajo.

El informe destaca, al respecto, que las reformas de los últimos años caminan "en la dirección adecuada". Añade que es necesario avanzar en "la sustitución de los mecanismos pasivos de protección del desempleo [seguros de paro y subsidios] por políticas activas que aumenten la cualificación de los trabajadores y que incentiven la búsqueda de empleo".

Según el banco, "este tipo de medidas resulta fundamental para reducir el paro de larga duración". Sostiene que "un seguro de desempleo que esté más orientado a ofrecer incentivos al empleo permitiría que el crecimiento del producto fuera más intensivo en empleo".

Los sindicatos reaccionaron ayer de inmediato y con dureza a estas propuestas. CCOO las calificó de "hiriente provocación hacia los parados" y recordó que España es uno de los países que menos protección da al desempleo. UGT, por su parte, las tachó de "sangrantes" y "reaccionarias" y consideró que con ellas se pone en peligro el diálogo social.

Las reformas estructurales en los sectores económicos "todavía al abrigo de la competencia" deberían centrarse, según el Banco de España, en mercados como el de suelo, transporte, energía, telecomunicaciones, sanidad y educación, entre otros.

El sector público debe aprovechar el auge económico para llevar a cabo reformas "urgentes". El Banco de España no entra aquí a fondo. Únicamente señala que "persisten inercias arraigadas en algunos renglones de gasto que será preciso doblegar en los próximos años". Hay que tender a la eliminación del déficit, y ello obliga a que "las medidas de reforma fiscal [del impuesto sobre la renta] sean diseñadas de forma que no pongan en peligro" la reducción del déficit.

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