El ecosistema en un solo valle
Justo en la frontera entre Petrer y Castalla, distante ocho kilómetros de ambos núcleos urbanos y rodeado de sierras de frondosos bosques de pino carrasco, la Diputación de Alicante acaba de finalizar la adecuación medioambiental de un amplio paraje público conocido como Finca Xorret del Catí, en el centro de un valle con sobrada representación de la flora y fauna autóctonas, sobre el que planea el proyecto de ofertar a los amantes de la naturaleza algo más de 2.000 hectáreas de uso público y gratuito. Protegido por la sierra del Fraile y las estribaciones del Maigmó, el inicial Xorret del Catí era una finca que la Diputación adquirió en 1994 para habilitar un centro de estudio de la naturaleza que debía ser visitado por organizaciones juveniles y grupos de escolares. El proyecto creció en volumen cuando la institución decidió ampliar su campo de actuación y adquirir las fincas colindantes, y hoy sólo un propietario se resiste a las ofertas para que todo el valle sea de titularidad pública. Eso significará la integración de las fincas Calafate, Administración, La Foradá, la Ermita de Catí, El Carrascalet, La Ferrería y los Rasos de Catí. En los últimos dos años, una inversión superior a los 100 millones de pesetas ha posibilitado una actuación integral en el paraje, que ha incluido la reconstrucción de márgenes de piedra, repoblación forestal, adecuación de un hotel y su entorno, construcción de un refugio de montaña y un mirador y la habilitación de áreas recreativas, deportivas y senderos que complementan una oferta de por sí atractiva. Encina, pino, enebro, zarza, carrasca, chopo blanco, nogal, roble valenciano, brezo, jara, higuera, cojín de monja, coscoja y todo tipo de arbusto mediterráneo son algunas de las especies que pueden encontrarse en el paraje, junto con otras producto de programas de reforestación como el nogal, el madroño o el almez. De la fauna destacan las nidificaciones de águila perdicera, varias especies de pájaros cantores, ginetas, jabalíes y abubillas, además de algunos reptiles, rapaces nocturnas y batracios. Con clara vocación medioambiental, las instalaciones están orientadas hacia un turismo no masivo, idóneas para el deporte de aventura, la preparación física de fondo y el senderismo. El proyecto se completará con la rehabilitación de viejas casas de labranza, una de las cuales podría convertirse en granja-escuela para atraer a la comunidad escolar. Entre las inversiones, destaca la partida destinada a los trabajos de tratamiento selvícola, que han incluido la poda, clareo y reforestación de 60 hectáreas de bosque, encargado a medio centenar de trabajadores de Castalla, Petrer, Sax, Onil y Agost, beneficiarios del Plan de Actuaciones en la Mejora del Empleo Rural (PAMER), avalado por la Unión Europea. Toneladas de escombros ocultas bajo la vegetación fueron trasladadas hasta los vertederos más cercanos. La premisa de las obras ha sido siempre la misma: integración de las actuaciones en el entorno natural. Madera y teja son los materiales más utilizados para la construcción de pérgolas, aparcamientos, bancos, barandillas, un puente, el circuito de gimnasia y el mirador. El conjunto presenta hoy unos taludes y muros restaurados de mampostería careada, que dan paso a los bancales con arbolado de secano, que se respetarán. Los bancales agrícolas abandonados han sido objeto de repoblación forestal con instalación de riego por goteo que se abastece de la depuradora de aguas residuales de la finca. En ellos crecen ya 21.600 ejemplares de pino carrasco, madroño, encina, acebuche, lentisco y alierdano. El proyecto confiere especial relevancia al pequeño manantial que da nombre al paraje, Xorret del Catí, a partir del cual se ha habilitado un arroyuelo que desemboca en un estanque de 100 metros cuadrados rodeado de especies arbóreas de nueva plantación, que en el futuro configurarán un sombraje en la parte inferior del valle. Las instalaciones se completan con un refugio de montaña ideado para grupos pequeños, ubicado junto a la zona de acampada y alejado del área recreativa, dotada de barbacoas, fuentes, aparcamiento, juegos infantiles y servicios. Al tratarse de unas instalaciones públicas, la estancia en ellas es gratuita, salvo que se utilicen los servicios del hotel, y el único gasto que tiene que afrontar el visitante es la utilización de leña. La riqueza forestal del paraje obliga a disponer de agentes forestales, especialmente vigilantes ante posibles incendios. Tradicionalmente, algunos puntos del valle son utilizados para deportes de riesgo, como escalada en La Foradá o parapente desde lo más alto de la Sierra del Fraile. Los actuales responsables del paraje alicantino estudian la posibilidad de habilitar veredas para practicar la equitación, que discurrirían paralelas a las que ya funcionan para el ciclismo de montaña o el senderismo.
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