Clinton reafirma ante los estudiantes chinos el carácter universal de los derechos humanos
Volvió a ocurrir. La radio y la televisión oficiales de la República Popular China retransmitieron ayer en directo el discurso sobre las libertades del presidente de EE UU, Bill Clinton, en la Universidad de Pekín y su posterior discusión con los estudiantes, como lo habían hecho el sábado en el debate conjunto que sostuvo con el líder chino, Jiang Zemin. La Casa Blanca felicitó a Jiang por su nuevo gesto aperturista y calculó que unos 600 millones de chinos escucharon o vieron a Clinton reafirmar la universalidad de los derechos humanos.
El presidente de Estados Unidos y su inmenso séquito abandonaron anoche Pekín en dirección a Shanghai, con el sentimiento de haber conseguido con creces los objetivos que les llevaron a la capital china. Rompiendo la tradición de secretismo, Jiang permitió que su pueblo escuchara en directo en dos ocasiones, el sábado y ayer, lo que tenía que decir su huésped norteamericano."Estas retransmisiones no tienen precedentes en este país y expresan una mayor predisposición de las autoridades chinas a abrir su sociedad al debate político", dijo el portavoz de la presidencia norteamericana, Mike McCurry. En uno y otro caso, Clinton aplaudió a China por sus reformas sociales y económicas, pero le exhortó a completarlas con las libertades políticas.
Bastión liberal
"La verdadera libertad incluye más que la libertad económica. En EE UU pensamos que es un concepto indivisible", dijo en el paraninfo de la Universidad de Pekín, un bastión del pensamiento liberal chino que este año cumple su primer centenario y que en 1989 suministró muchas de las ideas y personalidades de la revuelta democrática de Tiananmen. Unas 600 personas -un tercio estudiantes, otro profesores y otro autoridades- participaron en un acto que la Casa Blanca comparó con el discurso de Ronald Reagan en 1988 ante los universitarios de Moscú."En los últimos días he visto manifestaciones de la libertad en China", dijo Clinton. "He visitado una aldea que elige sus dirigentes en elecciones libres; he visto teléfonos celulares, vídeos y faxes transportando ideas, información e imágenes de todo el mundo; he escuchado a gente hablar sin tapujos, y me he reunido para rezar libremente con mis correligionarios". "Pero ello", añadió, "no es suficiente".
"Estamos convencidos", dijo, "de que algunos derechos son universales, no sólo para los norteamericanos o los países desarrollados. Son los derechos a ser tratado con dignidad, expresar las opiniones propias, escoger los dirigentes, asociarse con otros y rezar, o no, libremente".
Clinton invitó a China a construir su grandeza en el siglo XXI sobre el respeto de las libertades individuales. "Y no sólo por justicia, sino porque es vuestro interés, y el del mundo, el que las mentes de los jóvenes chinos sean libres" , declaró. Una mayor libertad en el flujo de información, ideas y opiniones, y un mayor respeto por las convicciones políticas y religiosas diferentes, añadió Clinton, es la base de la fortaleza y la estabilidad.
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