Pujol critica el rechazo político a los equipamientos ambientales

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, aprovechó ayer la inauguración de la planta de tratamiento de residuos de Montmeló (Vallès Oriental) para criticar la instrumentalización política que, en su opinión, se ha hecho de los movimientos de oposición a equipamientos ambientales. Según Pujol, hoy ya nadie se acuerda de infraestructuras que generaron fuertes polémicas y enfrentamientos y que ahora se encuentran en pleno rendimiento, como las plantas incineradoras de Tona (Osona) o Tarragona. La planta de tratamiento de residuos especiales en pequeñas cantidades de Montmeló, que empezará a recibir materiales la semana próxima, tratará disolventes, detergentes, pinturas y productos que se generen en las pequeñas empresas y se obtengan de los centros de recogida selectiva de toda Cataluña. La planta, única en España, ha supuesto una inversión de 1.200 millones de pesetas y dispone de capacidad para tratar 3.500 toneladas anuales. También se inauguró el centro de recogida selectiva de Montmeló, uno de los 25 previstos en el Plan de Gestión de Residuos del Vallès Oriental. El acto de Montmeló fue aprovechado por el alcalde de la población, el socialista Manuel Ramal, para reivindicar la conexión del municipio con la N-152 y la autopista A-7. Hace dos años, durante la inauguración del desdoblamiento de Parets de la N-152, Ramal ya hizo estas consideraciones a Jordi Pujol, que entonces le respondió con un "hoy no toca". El alcalde también aprovechó para trasladar a Pujol algunas preguntas formuladas por los ciudadanos: "¿Por qué la planta de residuos es de Montmeló y el circuito es de Cataluña?".