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Pinto

Me llamó Pepe Tena, librero de Pinto, para que fuese a firmar a la feria. En esta villa situada a veinte kilómetros de Madrid han tenido este año el acierto de combinar los libros con la artesanía y también con la industria y el comercio en una Feria única. El recinto ferial está en el Parque Juan Carlos I, que los Reyes inauguraron hace unos días y que es seguramente el mejor de la zona Sur de Madrid. ¡Esto no parece del sur, parece del Norte!, decía un vecino recordando otros tiempos.Pinto es famoso, por dos o tres o más cosas, en toda España. El Emperador Carlos, según cuentan, solía decir que el queso de Pinto era el mejor del mundo. En la villa se mantiene en pie el castillo o torre donde estuvo encerrada la princesa de Éboli, aquella doña Ana de Mendoza y de la Cerda que casó con Ruy Gómez de Silva y que fue amante de Antonio Pérez, el secretario de Felipe II. La princesa tuerta se fugó de allí y terminó sus días en su casa de Pastrana.

Lo que yo no sabía es que en este castillo del siglo XII, reformado después varias veces, había estado preso también el mismo Antonio Pérez, acusado del asesinato de Escobedo. Según cuenta don Gonzalo de Arteaga y Vaquero, historiador de la Villa en su libro Pinto: éste es mi pueblo, la esposa de Antonio Pérez, doña Juana de Coello, en una de sus visitas, entregó a su marido un traje de mujer que le sirvió para fugarse. El rey Felipe II, "prudente siempre", (cuando yo era joven era muy malo y ahora es buenísimo), mandó encerrar a la señora con sus dos hijos en la que fuera prisión del marido y los tuvo allí nueve años.

En cuanto al famosísimo dicho "entre Pinto y Valdemoro", he de decir que yo siempre lo atribuí a la historia de un borracho que cayó a un arroyo situado entre los dos pueblos y no sabía en cuál de los dos estaba. Hay otras versiones. En el pleito que tuvieron Segovia y Madrid, Valdemoro se adjudicó a la primera y Pinto a la segunda. El rey Alfonso VII mandó poner los mojones entre las dos villas y su presencia allí dió lugar al dicho.

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