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Ambiente de fin de época

Joaquín Estefanía

Pasado mañana tendrá lugar en Francfort la presentación solemne del Banco Central Europeo (BCE). Los maestros de ceremonias serán su presidente Duisenberg; el presidente hasta ese día del Consejo Europeo, Tony Blair; el presidente del Parlamento Europeo, el español José María Gil Robles; el canciller alemán, Helmut Kohl (anfitrión político), y el presidente -a partir del día siguiente- del Consejo Europeo, el austriaco Viktor Klima.Coincide en el tiempo este acto, casi exactamente, con el 50º aniversario de la creación de la moneda alemana (el marco) y de la reforma monetaria que cambió la faz de la Alemania del posconflicto. Era aquélla una economía de guerra, dominada por la escasez y por el mercado negro, con controles sobre una producción menguante. La aparición del marco, la automática desaparición del Reichsmark y la abolición del control de precios supuso el arranque de la economía más poderosa de Europa y la tercera del planeta. En todo ello tuvo un papel principal el Bundesbank (Buba), banco central alemán, que ahora va a dejar su lugar hegemónico precisamente al BCE.

Hace unos días, en el Museo de la Historia de Bonn, se dio cumplido homenaje al marco -que competirá con el euro a partir del próximo 1 de enero y desaparecerá pocos años después- y al Buba. Según los corresponsales alemanes, se respiraba un ambiente de fin de época. Para limitar la preocupación de los ciudadanos alemanes, neurotizados por la hiperinflación de Weimar (ningún otro banco como el Buba ha sostenido la estabilidad de precios durante cinco décadas), los dirigentes alemanes pusieron las cosas claras: mientras Tietmeyer, presidente del Buba, insistía en la obligatoriedad del rigor para todos los europeos y del cumplimiento del Pacto de Estabilidad, el ministro de Economía, Theo Waigel, lo decía sin matices: "No hay que preocuparse; como han visto, el euro habla alemán".

En ese mismo acto se presentó un libro sobre la historia del marco, coordinado por Otmar Issing, que ha trabajado en el Buba hasta que ha pasado al directorio del BCE. La otra persona que presentó el libro es el portavoz del BCE, que hasta ayer ocupó la misma función en el Buba.

Estas coincidencias revitalizan la necesidad de conocer a fondo el funcionamiento que ha tenido el Buba para comprender qué ocurrirá desde el martes en la sede de Francfort del BCE; la historia del Buba será el cuaderno de bitácora del BCE. Un instrumento muy significativo para saber del Buba es el libro El Bundesbank. El banco que gobierna Europa, del que en el momento de su aparición (1992) era el editor europeo del Financial Times, David Marsh. El libro fue publicado en España en el año 1994 por el Colegio de Economistas de Madrid, en una colección dirigida por el catedrático de Economía Aplicada Rafael Myro.

El libro en cuestión demuestra, de forma empírica, cosas que se comprenden de modo intuitivo: que la moneda que ha emitido el Buba, el marco, le ha convertido en un factor de influencia sobre las políticas económicas europeas muy superior al que poseen muchos Gobiernos elegidos democráticamente. Marsh escribe párrafos enteros sobre los que se pueden establecer perfectas analogías respecto al BCE: "El Bundesbank ha creado su propia mitología institucional; el mismo banco central ha estado a veces demasiado dispuesto a creérsela. La historia del Buba es el fundamento de los éxitos del banco, pero también de sus limitaciones. Ningún banco central, cualquiera que sea su grado de independencia, opera en un ambiente libre de complicaciones políticas. La condición clave para que se dé una política monetaria adecuada es que sea comprendida y apoyada por el público en general. Cuanto mejor se expliquen y debatan los objetivos del Buba, en una sociedad sana y abierta, mayores serán las probabilidades de que sean aceptados, en Alemania y fuera de ella".

Corolario: el Buba ha sido demasiado poderoso para ser controlado por otros, "pero tiene demasiado poder para reinar solo". Aplíquese al BCE.

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