Las elecciones apuntalan al socialdemócrata Hume como nuevo "hombre fuerte" del Ulster
"Todo aquel que no esté confundido con la política irlandesa es una persona que no entiende realmente el problema". La antigua frase pertenece a John Hume y anoche salía pintorescamente al paso de quienes intentaban explicarse cómo el veterano líder católico del Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP) parece haberse asegurado la más importante victoria en las elecciones legislativas de Irlanda del Norte. Los primeros resultados le colocaban en una inesperada excelente posición frente a los divididos protestantes y, en su propio campo católico, frente al Sinn Fein.
No había, por supuesto, una explicación definida. Quizás porque todos estaban a la espera de una confirmación de los indicios producidos por el primer sondeo tras la votación del jueves a la Asamblea autónoma. Pero a lo largo de la jornada de ayer, mientras el recuento de votos se desarrollaba con la lentitud típica del escrutinio manual en las 18 circunscripciones de Irlanda del Norte, se afianzaba la impresión de que un buen sector de los norirlandeses ha premiado la tenacidad pacifista de Hume.Hume se instaló ayer por la mañana en el centro electoral de Londonderry, su ciudad natal, para seguir de cerca el recuento de votos. Luego se fue a su casa, en el otrora combatiente bastión nacionalista del Bogside, donde la prensa acampaba para extraerle algún comentario sobre su sorprendente fortuna, que puede cambiar el paisaje político de Irlanda del Norte. Salvo una breve declaración a la televisión británica en la que recomendó paciencia hasta ver los resultados finales, Hume optó por distanciarse de las especulaciones que a lo largo de la jornada inundaron los informativos de las radios de Belfast y que sugerían con insistencia creciente que el SDLP podría hacerse de la mayor cantidad de escaños en la nueva Asamblea de 108 miembros.
Espaldarazo al nacionalismo
Aparte de otorgar un sólido espaldarazo a la política nacionalista en todo el Ulster, ello abriría formalmente el interrogante que ya sale de los labios del más de un millón de electores: ¿Será acaso Hume el nuevo ministro principal (primer ministro) que salga de la Asamblea? Pasmo había, y era auténtico, porque hasta el jueves por la noche si había algo más o menos admitido en casi todos los círculos políticos del Ulster era que el puesto iría a manos de David Trimble, el líder del protestante Partido Unionista del Ulster (UUP), moderado."No creo que se dé el caso", observó un alto asesor de Hume. "A John no le interesa esa posición y cree que es más importante trabajar desde las bases a fin de que la Asamblea se convierta en un instrumento eficiente para encontrar una solución a nuestros problemas", agregó.
Lo que quiere decir que el SDLP va a sentirse más que recompensado por años de ardua lucha política si obtiene más de los 27 escaños ansiados, algo que anoche ya no parecía una quimera.
Si se confirma la sorpresa de esta elección, Hume se beneficiaría por doble partida: al salir en primer puesto de la votación, el SDLP terminaría con la tradicional supremacía del UUP de Trimble, cuyas divisiones ya han determinado un considerable deterioro en las bases del unionismo protestante.
Aspiraciones de Adams
Por otra parte, los nacionalistas de Hume truncarían las aspiraciones del Sinn Fein de Gerry Adams de convertirse en la segunda fuerza política de Irlanda del Norte y, lo que quizás es más importante, podría tener suficiente espacio de maniobra para impedir el sabotaje de los protestantes más radicalizados que buscan escaños en la Asamblea para torpedear desde adentro cualquier intento por alterar aquel statu quo que tanto les beneficia. Hume, que a sus 60 años es uno de los más preclaros historiadores irlandeses y es universalmente reconocido como uno de los arquitectos del arduo pero prometedor proceso de paz en su tierra, sellado el pasado Viernes Santo con el Acuerdo de Stormont, quiere una reconciliación con justicia y urgentes enmiendas políticas. Todo esto siempre en el marco de la ley y el diálogo. Reconocido por sucesivos gobiernos norteamericanos como uno de los interlocutores más moderados y honestos del espacio católico del Ulster, con el que simpatiza el extenso exilio irlandés afincado en EEUU, Hume ha trabajado durante más de treinta años por la paz. Es un asiduo visitante de la Casa Blanca.Si en efecto el Partido Socialdemócrata y Laborista de los católicos se impone en las urnas, pocas cosas podrían resultar más adecuadas para demostrar que la hora de los extremismos en Irlanda del Norte ha pasado, como aquella otra frase que David Hume pronunció hace algunos años: "La gente que habla de "todo o nada" terminará siempre con nada".
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