Barbacid lamenta las falsas expectativas creadas en la investigación oncológica
El director del Centro Nacional del Cáncer, Mariano Barbacid, criticó ayer la "exageración" con que se difunden los resultados de las investigaciones oncológicas y lamentó "las falsas expectativas que se están creando" en torno a algunos fármacos, en referencia a la angioestatina y la endoestatina. El químico español pronunció una conferencia sobre Desarrollo de nuevos fármacos neoplásicos en San Sebastián dentro de los Cursos de Verano de la UPV.
Mariano Barbacid analizó con cautela los últimos descubrimientos en el campo de la investigación oncológica y señaló que la angioestatina y la endoestatina, dos fármacos cuya combinación pretende anular el crecimiento de los tumores sólidos, sólo han proporcionado resultados favorables en la fase experimental: "Son fármacos que no se han estudiado con el ser humano y lo más importante es que sus resultados no han sido reproducidos todavía por otros científicos, lo cual es preocupante. Si los resultados fueran tan favorables, las compañías farmacéuticas ya se hubieran animado a desarrollar y comercializarlos. En cualquier caso, es una línea de investigación muy buena". El director del nuevo Centro Nacional del Cáncer, junto con un equipo formado por doce personas, se halla en estos momentos estudiando el "efecto de mutación en el ciclo celular y en el desarrollo de nuevos sistemas-modelo para el ensayo de fármacos utilizando la manipulación genética del ratón". La exploración consiste en introducir en el ratón las mismas sustancias que producen los tumores en el ser humano, de manera que las predicciones que se realizan con estos animales sean más fiables y las posibilidades terapéuticas sean mayores. Barbacid explicó asimismo que su principal ocupación en la actualidad estriba en "poner en marcha" el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, cuya dirección le fue propuesta y encargada por José Antonio Gutiérrez Fuentes, director del Instituto de Salud Carlos III de Madrid. "Es un experimento, no científico, cuya misión prioritaria es lograr que la ciencia sea eficaz en España". Después de permanecer casi 25 años en Estados Unidos, este eminente científico madrileño enumeró los factores distintivos del Centro Nacional del Cáncer: "No va a funcionar al amparo de la Administración, sino a través de una fundación, con personal no funcionarial y financiado gracias a la aportación de entidades privadas y filantrópicas", explicó. Este centro combinará la investigación básica y la aplicada al 50% con el objetivo de "tener una repercusión directa en el sistema nacional de salud". Mariano Barbacid, el descubridor del primer oncogén humano, considera que la apertura de un laboratorio de estas características, con un presupuesto anual de 1.000 millones de pesetas, es un primer paso para incentivar la labor investigadora en España. Aunque reconoció que los recursos presupuestarios de que dispondrá son escasos -25 veces inferior al presupuesto del Hospital de Cruces y 15 veces menor al de Aránzazu-, el químico confesó que su ilusión es "instituir un modelo de investigación en España que sirva para atajar las enfermedades que mayores muertes están ocasionando: las cardiovasculares, el cáncer y las neurodegenerativas". El investigador señaló que en Estados Unidos, cuya población es siete veces superior a la de España, existen 56 centros de las mismas características, lo que prueba el retraso que existe en España en el campo científico. Barbacid, que demandó un apoyo más decidido a la labor científica, constató que la sanidad española está volcada en la tarea asistencia y no está "sensibilizada" con la investigación, cuando el 26% de las causas de muerte están derivadas de enfermedades oncológicas.
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