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Jatamí propone un islamismo de rostro humano y un sistema político más abierto

El presidente de Irán, el moderado Mohamed Jatamí, apeló ayer a trabajar por un sistema islámico más amable y humano, donde haya cabida para distintos puntos de vista políticos y sociales, según la radio estatal de Irán. En un discurso a los Pasdaran, la Guardia Revolucionaria, y las fuerzas de voluntarios, Jatamí conmemoró la muerte del profeta Mahoma con un llamamiento a la tolerancia y la comprensión especialmente dirigido a los jóvenes. "Los jóvenes deben ser tratados amablemente, y no con intimidación, para que sean atraídos por el Islam".

Jatamí pronunció su discurso en la mezquita de Hossiniyeh Sarallah de Teherán, en una jornada festiva que las radios dedicaron a la música funeral.Jatamí apeló también a unas mejores relaciones con el mundo exterior. El presidente de Irán, que vestía el turbante negro propio de un descendiente del profeta, hizo hincapié en la necesidad de respetar distintas tendencias políticas y de tolerar diferentes opiniones en la sociedad iraní.

Sus palabras adquieren un sentido especial en un momento en que sufre el acoso de las fuerzas conservadoras del régimen, temerosas de la apertura que está favoreciendo Jatamí con el apoyo popular que le llevó a la presidencia hace un año. Pronunció, además, este discurso, delante de las fuerzas revolucionarias, la mayoría asociadas con el cumplimiento de los rígidos códigos sociales y políticos de Irán.

Los jóvenes son muy a menudo el objetivo de sus campañas periódicas de control sobre el cumplimiento del deber.

El llamamiento siguió a unos días de ataques virulentos al presidente moderado, que el domingo tuvo que contemplar cómo los conservadores conseguían la destitución de su ministro del Interior, Abdula Nuri, uno de sus principales aliados.

Los diputados acusaron a Nuri de agravar las tensiones en la sociedad y de fracasar en el dominio de la oposición. El presidente Jatamí respondió al envite nombrando inmediatamente a su ministro del Interior, destituido, como nuevo vicepresidente de Desarrollo y Asuntos Sociales, un trabajo que le devuelve un lugar en el Gabinete y le preserva su gran influencia en el Gobierno.

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Jatamí consiguió una victoria electoral en mayo de 1997 basado en un programa de liberalización política y social que resumió en el eslogan "sociedad civil" dentro de un sistema islámico, y en la suavización de las tensiones en la política exterior iraní.

Pero los conservadores, que aún dominan niveles clave del poder, incluido las Fuerzas Armadas, el Parlamento, el aparato judicial y los medios de comunicación audiovisuales, han torpedeado los esfuerzos reformistas de Jatamí. Por ejemplo, la Pasdaran y las milicias de voluntarios, la Basiji, permanecen fuera del control de Jatamí, y rinden cuentas de sus servicios directamente al líder supremo del país, ayatola Alí Jamenei.

El presidente no hizo ayer ninguna referencia a una aceleración de la apertura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, pero sí dijo que Irán busca buenas relaciones con todos los países.

"El islam llama a la paz en un mundo basado en el respeto mutuo, pero no en la dependencia y dominación", declaró.

El presidente Bill Clinton está dispuesto incluso a vetar la imposición de sanciones en el Congreso norteamericano a las empresas que han vendido tecnología para misiles a Irán, según informó anoche un portavoz de la Casa Blanca. Clinton desafía así al Legislativo para poder mantener la autonomía de su Administración en las relaciones diplomáticas.

El pasado lunes, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, James Rubin, felicitó a Irán por su victoria contra el partido norteamericano el domingo en el Mundial de Fútbol de Francia, en el que Irán venció por 2 a 1 contra EE UU.

Según los analistas, la Casa Blanca espera que el fútbol ayude a Irán a abrirse y terminar con casi 20 años de enemistad entre los dos países, en un fenómeno similar a la diplomacia del pimpón, que permitió normalizar las relaciones entre Washington y Pekín. Hasta ayer, no había respuesta de las autoridades iraníes a los últimos mensajes lanzados desde Washington.

En los años setenta, el juego de tenis de mesa sirvió para deshelar las relaciones entre Washington y Pekín. Las giras y los campeonatos binacionales de los equipos de tenis de mesa sirvieron en bandeja a los Gobiernos de EEUU y de China la posibilidad de limar diferencias para terminar por establecer relaciones diplomáticas. Tras casi 20 años de ruptura entre Washington y Teherán, el fútbol ha hecho en parte las veces del tenis de mesa. Aunque ganó Irán, en Lyón venció la diplomacia.

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