«Declaración de guerra»
«Una declaración de guerra con respecto a la presencia palestina en la ciudad de Jerusalén». Así definió el negociador palestino Saeb Erekat el plan aprobado ayer. Las palabras del consejero de Arafat fueron contestadas por el propio Benjamín Netanyahu, quien aseguró que «el plan carece de intencionalidad política» y no significa «un cambio sobre la situación de la ciudad» ni «una transgresión a los Acuerdos de Oslo».Netanyahu dijo que sólo habrá una ampliación de Jerusalén hacia el oeste, sobre territorio israelí, y que, para el resto del área de influencia urbana se establecerá una especie de macro-ayuntamiento, a partir del cual se tratarán de racionalizar y coordinar servicios comunitarios para todas las localidades, como, por ejemplo, el de recogidas de basura, seguridad o bomberos. «Jerusalén sólo crecerá hacia occidente», recalcó Netanyahu, tratando así de desmentir a quienes aseguran que esta gran área metropolitana fagocitará territorios palestinos cercanos.
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