Sinvergüenzas en el mundo del deporte

El deporte es en estos momentos ante todo un negocio, que bien gestionado aporta fama, dinero y posición social. Ahora bien, el deporte es también un nido de gente sin escrúpulos, vendedores de patrias, embusteros, mafiosos, estafadores y demás gente de mal vivir. No puedo entender que una persona como Arancha Sánchez Vicario, que paga sus impuestos en Andorra, represente a España en un torneo de tenis. Sumemos a ello que tenga la desfachatez de celebrarlo rodeando su cuerpo con la bandera española. No entiendo como el príncipe de España la besa y el presidente del Gobierno la felicita. Mientras ello acontece, en este país hay pensiones por debajo de las 40.000 pesetas con las que tienen que vivir miles de españoles. Perdónenme, pero ¿a qué juegan ustedes? No puedo entender que un ex portero de fútbol, metido a cantante, el señor Julio Iglesias, perciba 400 millones dados por el presidente de la Generalitat para promocionar nuestros productos en Japón. Ese cantante paga sus impuestos en Puerto Rico con lo que me demuestra una nula estima a la tierra que le da de comer. Mientras tanto, y según Cáritas Diocesanas, más de ocho millones de españoles viven en el umbral de la pobreza. Hace unos días José Antonio Redolat conseguía la mejor marca de Europa en 1.500. Al día siguiente compré la prensa valenciana y la estatal. En la local ni una línea. En la prensa estatal se decía: "Cacho y Parra O.K.". Miré los resultados y Cacho había sido séptimo y Parra último con unas marcas de patio de colegio si se me permite la expresión. La foto era de Cacho y dentro, en cinco líneas discretas, se decía que Redolat había ganado. Cacho cobró cuatro millones por salir a correr. Redolat tuvo que ganarse su jornal por cada segundo que lograba bajar de 3,40. Podíamos seguir contando muchos más de estos chanchullos, por desgracia personajes no nos faltan y si no ahí tenemos al señor Roig. Un deportista que se gana la vida gracias al deporte debe contribuir al bienestar de su tierra y de su gente. ¿Qué me importa que Arancha, Ballesteros o Julio Iglesias ganen millones si ello no repercute en una justicia social mayor para todos aquellos que necesitan urgentemente una vida más digna?- Reca Agulló. Valencia.