_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Alcalá

Querido Cervantes: Me llamo Nacho Viana. Estudio filología hispánica. Mis novias me catalogan de golfo, mentiroso, arrebatado y noctambulario. Falacias. Me estoy haciendo mayor de repente: ayer cumplí 21 años. Nací en Madrid; la amo. Pero no aguanto su actual tufillo a sacristía. Me matriculé en Alcalá huyendo de los cirios. Acerté, señor, porque aquí respiro. Alcalá es un tesoro. Ha estado dormida más de un siglo. Con la democracia, Complutum se ha puesto las pilas y ha conseguido que canten las piedras. De nuevo es punto de referencia esencial en la cultura. Por derecho. Además, hay muchos bares (lástima que tiren tan mal la cerveza de barril), carne fresca para todos los gustos y bullicio sosegado por las calles del casco histórico.Soy sinvergüenza, algo canalla y guaperas, don Miguel. Lo lamento, pero esto es lo que hay. Su ciudad natal está aportando a mi talante una brisa clásica y estoica, sosiego vertiginoso, fusión de Dios y Luzbel. Me explico: bebo menos (pero intensamente) y leo más.

Sigo siendo viperino. Sigo abusando de la lengua para menesteres inconfesables. Sigo sacando la lengua a los estúpidos. Sigo enganchado al emblema de los Rolling Stones. Pero la filología y las piedras de Alcalá me han seducido. Insulto como se hacía en el Siglo de Oro; enamoro fusilando al arcipreste de Hita; timo como el buscón don Pablos; intrigo como Quevedo; aguanto penurias como usted, don Miguel. Y cuando arrecia la melancolía, me escondo en un rinconete del convento de las monjas cistercienses y hablo con Dios, a quien desconozco.

Antes viajaba por la ruta del bakalao; ahora prefiero la ruta de la merluza, el cabrito y la palabra. Y como hay extranjeras ilustradas, las encandilo con la Biblia Políglota Complutense. En definitiva, he ganado un montón en calidad de vida.

Madrid es una ensalada chulina, chuleta; Alcalá es un chuletón. Madrid tiene mucha mano, pero Alcalá tampoco es manca, dicho sea sin maldecir de Lepanto, don Miguel, mano de oro.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_