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EL GRAN ZOCO ELECTRÓNICO

Sónar 98 cierra con una exaltación del baile

El festival barcelonés de música y arte electrónico recibió unos 35.000 visitantes

Miles de cuerpos bailando hasta que el sol obliga a exudar el cansancio de estos tres días de intensos estímulos sonoros. Así acaba siempre Sónar, el Festival Internacional de Músicas Avanzadas y Arte Multimedia de Barcelona, que esta madrugada ha puesto punto final a su quinta edición. Las previsiones de la organización se han cumplido y el cómputo de visitantes rondará las 35.000 personas. La medida de Sónar, que había experimentado un crecimiento constante de año en año, parece haberse alcanzado en esta edición. Tanto el escenario diurno como el nocturno han resultado suficientes para la demanda del público, y la organización se mostraba ayer satisfecha del resultado, aunque en el futuro pueda mejorarse.

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La fiesta gana la partida

«El futuro es ahora». El lema puede parecer antiguo, pero sigue siendo válido. Lo dijeron ayer dos personas con orientaciones musicales aparentemente muy dispares. Uno era Eliseu Huertas, uno de los integrantes del veterano grupo experimental Vagina Dentata Organ, que ayer, en su paseo por Sónar, reinvidicaba el espíritu creativo y rebelde de la música por encima de las estéticas o las generaciones. El otro era Lluís Lles, crítico y periodista musical, que ayer presentó en el marco del festival el libro Dance music (Editorial Celeste), la primera publicación en España dedicada a la música de baile. Según Lles, «es un error hablar de esta música, por muy rara que les pueda parecer a algunos, como del siglo XXI. Lo que se oye en Sónar es la música con la que acabamos el siglo XX».Lles realiza en su libro una reivindicación de la música electrónica de baile que, explica, comenzó en 1986 en Chicago con el house y se consolidó un año más tarde, cuando nació el tecno en Detroit. «A partir de ahí, en los noventa, surge en Bristol el grupo Massive Attack, el que más ha influido en el panorama musical de esta década, y nacen las bases del trip-hop. Es entonces cuando se crea el sonido más innovador, el drum'n'bass o jungle , que surge en los guetos negros londinenses». En su opinión, la escena electrónica de baile vive ahora un momento de impasse porque se está mezclando todo y no aparece nada nuevo.

Popularización

Es en los últimos años cuando esta música ha alcanzado una popularización más allá de los círculos de entendidos. Las grandes compañías discográficas aún no han entrado de lleno en este mercado y siguen siendo los sellos pequeños los encargados de distribuirla. Con todo, el anonimato que en los primeros tiempos caracterizaba esta música empieza a perderse y ya se advierten estrellas en el firmamento.Pero si Sónar es para Lles un «paraíso de la música electrónica», para otros el festival no abarca todo el panorama. «En realidad lo que Sónar presenta es la diversidad de la música relacionada con el baile y tendencias afines, sin entrar más que en una proporción muy pequeña en la diversidad de músicas avanzadas», afirma Francisco López, biólogo y músico experimental, que ayer actúo en el marco del festival.

Ricard Robles, uno de los tres directores del festival, señaló ayer: «De momento no tenemos intención de variar la línea artística. Pensamos que Sónar es un escaparate de lo que pasa en la escena musical y lo significativo de esta edición es que se advierte que se han ido incorporando a la música electrónica otras tendencias, como el jazz y lo latino».

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