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Reportaje:

Majadahonda da la nota

El esfuerzo de cuatro músicos hace real el sueño de la Jóven Orquesta de la localidad

La Joven Orquesta de Majadahonda, formada por un puñado de jóvenes estudiantes de música que se hicieron amigos en una academia de la localidad majariega (39.700 habitantes), lucha por proteger y promocionar la música clásica. Al grupo fundador de la orquesta le ha costado cuatro años alcanzar su presentación oficial, pero el resultado ha merecido la pena: Alfredo Kraus, el tenor que da nombre al auditorio de Majadahonda, les aplaudió a rabiar el pasado 23 de mayo, fecha de inauguración del recinto.Esta joven orquesta nació de los esfuerzos del flautista Luis Calleja, de 27 años, que también ha estudiado Empresariales; el guitarrista Pedro García, de 23, maestro de música en un colegio de Majadahonda; su hermano mellizo y pianista Pablo, que estudia Historia del Arte en la Universidad Complutense, y Javier García, de 24, pianista que comparte el teclado con el estudio de la carrera de Arquitectura en la Universidad Politécnica. La orquesta que han montado está compuesta por 32 músicos de entre 12 y 26 años. Al grupo le pusieron de apellido el nombre del músico y compositor Juan Crisóstomo Arriaga (Bilbao, 1806- París, 1826), que falleció con tan sólo 20 años y que, "a pesar de su juventud, dejó un escaso aunque valioso legado musical", señaló Bruno Dozza, el director de la Joven Orquesta.

Esta formación desentona de otras porque no ha buscado ayuda económica oficial. "Así nos mantenemos libres de toda influencia. No nos tenemos que someter a lo que nos marque, por ejemplo, un Ayuntamiento", añade Dozza. La orquesta se autofinancia. "Los cursos que organizamos son gratis para los miembros de la orquesta, pero al resto les cobramos para pagar al profesor. También hemos recaudado fondos de los conciertos que damos y los fundadores pagamos una cláusula mensual", explica Pedro García.

Su objetivo es dar una salida a aquellos estudiantes de música que no tienen dónde practicar. "Los músicos se quedan solos con su instrumento al dejar el conservatorio. Carecen de un lugar donde poder ensayar la teoría aprendida. Esta orquesta les brinda la oportunidad de ensayar con otros músicos y así expandir y compartir su sabiduría musical", explica García.

La Joven Orquesta afronta con optimismo su futuro: "Ahora que la localidad dispone de auditorio, las actuaciones se convertirán en una constante", añade García. Al nuevo auditorio se le conoce como el Guggenheim de Majadahonda, por su diseño de líneas espectaculares.

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