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La Guardia Civil considera no laborables las horas obligatorias de formación

La ley fija en España una jornada laboral semanal máxima de 40 horas. La mayoría de las empresas tienen convenios que dejan esta jornada en 38 horas y países como Francia están dado pasos para rebajarla hasta las 35 horas. Pues bien, en la Guardia Civil se da la excepción a la tendencia general y los agentes del instituto armado, pese a tener fijada la jornada de 42 horas semanales trabajan muchas más, hasta 50 en algunos casos. Ello es así porque las horas que los agentes deben dedicar obligatoriamente a su formación y reciclaje no cuentan para cumplir jornada.

En marzo, José Antonio López, general jefe de la Agrupación de Tráfico, envió a todas sus unidades una carta para subsanar un malentendido en la interpretación de una orden de la dirección de la Guardia Civil. El general recordaba: "El tiempo empleado en la academia diaria [formación y reciclaje], ejercicios de tiro, etcétera, forma parte de los planes de instrucción, por lo que, en cumplimiento de la orden general, no deben computarse a efectos del tiempo de servicio semanal." En román paladino, el general decía que las horas que los guardias tienen que destinar obligatoriamente a su reciclaje y a mantenerse en forma no cuentan para cumplir la jornada semanal y, en consecuencia, no se pagan. Dado su carácter militar, la Guardia Civil tiene prohibidos los sindicatos. La labor reivindicativa se hace desde la clandestinidad o desde asociaciones como la Coordinadora de Perjudicados por la Actuación de Luis Roldán (Coproper). Florencio Garrido, guardia civil y secretario general de Coproper, señala que esta situación "se da en toda la Guardia Civil. La jornada laboral no respeta la orden del boletín del cuerpo del mes de octubre que fijaba la jornada semanal en 37,5 horas". Un agente que quiere permanecer en el anonimato añade: "Contrariamente a lo que dice el director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, los agentes hacemos más horas que nunca y en algunos casos llegamos a las 50 semanales". Un ejemplo: los agentes de tráfico están obligados a hacer 36 horas semanales a pie de carretera. Ello, según Garrido, significa que cuando llegan al cuartel tienen que dedicarse al mantenimiento de los vehículos, a trabajos burocráticos, a asistir a la academia y a hacer prácticas de tiro, con lo que la jornada semanal se les dispara. En el Cuerpo Nacional de Policía hay dos jornadas: la de 37,5 horas y la de 40 para los agentes con especial dedicación. Los cursos de perfeccionamiento y formación cuentan para la jornada. En los Mossos pasa algo parecido. La jornada es de 37,5 horas semanales, y los cursos de formación salen de unas bolsas de horas retribuidas que tiene cada agente. En cualquier caso, las jornadas en un cuerpo policial suelen ser teóricas. Difícilmente un agente deja su trabajo al cumplirse el horario si tiene un asunto importante entre manos.

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