"Sabría encontrar la lagartija más estrambótica con los ojos vendados"

Fue el instante decisivo de Cartier-Bresson: llovía sobre el cabo de Gata. Dos segundos bastaron para que José Manuel Miralles García (Almería, 1955) atrapase en el arrecife de las Sirenas la instantánea más parecida al momento en que alguien debió crear el mundo. La cámara de Miralles no sólo esconde una historia de instantes decisivos, sino también de silencios cómplices y paciencias de santoral. Tardó 10 años en atrapar la imagen de la alondra Dupont, que dio la vuelta al mundo, y podría callar como un somormujo la existencia de especies por el mero afán proteccionista. Maneja un archivo de medio millón de diapositivas repletas de diálogos con la naturaleza, entre las que reina su espacio predilecto, Cabo de Gata, al que ha dedicado una exposición que resume sus encuentros de los últimos 20 años en el centro de las Amoladeras. Pregunta. ¿Sería capaz de encontrar la salida en el desierto de Tabernas con una venda en los ojos? Respuesta. Sabría encontrar la lagartija más estrambótica y la fauna más rara. Llevo toda mi vida fotografiando la naturaleza en Almería, e intentando ser yo, claro. P. Su nombre está muy ligado al Cabo de Gata. ¿Es su espacio predilecto? R. Sí y me siento responsable del nacimiento del parque. A Melo (el biólogo Hermelindo Castro) y a mí nos encargaron en los años setenta el catálogo de espacios protegibles de Almería, que fue la base del plan especial de protección del medio físico de toda Andalucía. P. ¿Por qué se decantó por la fotografía de la naturaleza? R. Desde niño me ha gustado. Tenía al alcance una biblioteca donde me tiraba meses y meses viendo publicaciones. Cuando aprobé las oposiciones, salía a las tres y me largaba con la cámara. La naturaleza te absorbe mucho tiempo, pero aposté por ella porque creo en la fotografía como medio para enseñar a la gente lo que tiene. P. Tendrá la paciencia de Job para especializarse en fauna. R. Tardé 10 años en conseguir la alondra Dupont, que nunca se había fotografiado. Al final pedí tres meses de empleo y sueldo para lograrlo. En esta exposición no he incluido mi mejor imagen de la alondra, pero me incliné por una hembrilla distinta a las demás, que me saludaba cuando llegaba y no se marchaba como las otras. P. ¿Cuál es el truco? R. La mayoría de los grandes fotógrafos de la naturaleza son biólogos que odian su trabajo y optan por la cámara. Yo adoro la ornitología y eso me ha servido de mucho para retratar esos bichejos. P. ¿Se ha avanzado en concienciación ambiental? R. Creo que retrocedemos. La declaración del parque es evidentemente positiva, pero hay especulación y proliferación de agricultura intensiva que no tiene sentido. La gente se da cuenta de lo que tiene, pero hay una mala política de educación ambiental y una gestión muy elitista.