La música

En la historia del pensamiento occidental podemos observar cómo grandes filósofos han visto en la música nada menos que esencias metafísicas. Schopenhauer -por ejemplo- intuyó en ella la capacidad de revelarnos la esencia del cosmos y de la vida. En la filosofía griega, ese contenido metafísico de la música se manifiesta claro en Pitágoras y Platón.La música, en efecto, tiene la virtud de ponernos en comunicación directa con ese algo indefinido que -a pesar de no ser nada empírico- nos arrebata y nos fascina. La música -el arte más inmaterial- diluye nuestro yo egoísta en ese «sentimiento oceánico» omniabarcador. Platón afirma que la música «penetra en el interior del alma y se apodera de ella». «La música», leo en un artículo, «irrumpe en tromba y se instala en nuestra intimidad como si hubiese elegido domiciliarse allí: el hombre embelesado con ella deja de ser el mismo».

Ahora sí, esa sensibilidad para captar la belleza de una composición no la posee todo el mundo, y menos aún aquellos a quienes domina el «pensamiento calculador».

En nuestros centros de enseñanza, la música como asignatura ha sido relegada tradicionalmente al triste papel de una pobre maría. Y ello indica la nula sensibilidad y la carencia de cualidades pedagógicas por parte de aquellos que han tenido la responsabilidad de planificar su enseñanza en España.

Desde estas líneas pido un puesto de honor para la música en nuestros centros de formación.-