España será "solidaria" con sus aliados si hay intervención

El ministro de Exteriores español, Abel Matutes, declaró ayer que el Gobierno de José María Aznar «será solidario con sus aliados» sobre una posible intervención internacional motivada por la crisis de Kosovo. Matutes señaló que la actuación de las fuerzas de Slobodan Milosevic en Kosovo es «una acción armada en toda regla que sobrepasa con mucho lo que podría ser considerado como una simple represión de actividades terroristas».

EE UU y el Reino Unido han presentado a sus socios en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con carácter de sondeo, un proyecto de resolución para legitimar jurídicamente una eventual intervención militar a gran escala sobre Serbia, que incluiría bombardeos en su primera fase.

El texto autorizaría a los miembros del Consejo y a sus aliados a recurrir a todas las medidas necesarias para restaurar la paz y la estabilidad en Kosovo. Eso abre la puerta, en lenguaje diplomático, a una posible acción militar directa.

Paralelamente, Estados Unidos y Canadá han anunciado la congelación de los bienes de los Gobiernos de la República Federal Yugoslava y de Serbia y de nuevas inversiones norteamericanas en territorio serbio por el uso de la fuerza en la provincia de Kosovo.

Ayer, miles de albaneses se manifestaron en la capital de Macedonia, Skopje, para reclamar la intervención de la OTAN en Kosovo. Escenas similares se registraron en Pristina, capital del Kosovo, donde los manifestantes reclamaron a la Alianza que ponga fin al baño de sangre.

El secretario de Defensa de EE UU, William Cohen, señaló que esperaba que la acción militar pueda evitarse, pero que no debe ser descartada. Rusia es el miembro permanente del Consejo más reticente a aumentar la escalada, aunque su ministro de Exteriores, Yevgueni Primakov, manifestó el pasado día 29 su apoyo al primer paquete de medidas: las maniobras militares en Albania y Macedonia.