La OTAN adelanta a este mes unas maniobras aéreas en Albania para intimidar a Milosevic
La OTAN adelantará a este mes de junio unas aparatosas maniobras aéreas extraordinarias sobre el cielo de Albania y de la antigua república yugoslava de Montenegro. El objetivo es intimidar al líder serbio, Slobodan Milosevic, y disuadirle de la represión desencadenada en Kosovo contra la mayoría de origen albanés. Así lo decidirán hoy los ministros de Defensa de los Dieciséis. La Alianza Atlántica reaccionará hoy a las peticiones de intervención formuladas desde diversas instancias acelerando la puesta en práctica del despliegue militar que estaba previsto para el pasado 28 de mayo.
Entonces, los ministros de Exteriores decidieron tres conjuntos de medidas: el primero, efectuar este verano maniobras militares en Albania y Macedonia, como alarde de implicación en el conflicto. El segundo, establecer un cordón de seguridad en las fronteras de ambos países (para el que se necesitarían entre 7.000 y 20.000 hombres). El tercero contempla medidas más drásticas, sin excluir la intervención militar directa en Serbia.Los ministros de Defensa de los países miembros responderán hoy a la agudización del conflicto en las últimas semanas -en las que las fuerzas armadas y la policía serbia han intensificado sus operaciones de represión en Kosovo- y a las peticiones de acción inmediata, anticipando la aplicación del primer paquete de medidas. Adelantarán las maniobras militares terrestres de agosto y septiembre, con unos ejercicios aéreos a realizar este mismo mes de junio, según fuentes de la Alianza.
También el segundo paquete experimenta una aceleración. Los planificadores militares tendrán listo en un par de semanas el esquema del cordón de seguridad , que supondría un despliegue de entre 7.000 y 20.000 hombres. Los ministros examinarán hoy un informe realizado sobre el terreno, que destaca lo abrupto del territorio; la falta de instalaciones logísticas y las dificultades de comunicaciones; la inseguridad y precariedad del Ejército albanés; y la necesidad de un gran esfuerzo para proteger a las tropas que se envíen.
Los militares subrayan también la necesidad de recibir instrucciones políticas claras y coherentes: impermeabilizar la frontera entre Albania y Serbia en la región de Kosovo acabaría perjudicando a la parte débil, los kosovares, que se nutren militarmente con las armas pasadas de contrabando a través de la cordillera que separa los dos países. Optan por las máximas garantías en cualquier operación, no en vano sienten en carne propia el síndrome de Unprofor en Bosnia, cuando los cascos azules, sin dirección política clara ni autoprotección suficiente, se vieron rehenes de una confrontación que los desbordaba día a día. Los ministros de la Alianza Atlántica discutirán también sobre el tercer conjunto de medidas, que incluye una eventual intervención en Serbia: encargarán a los planificadores militares el diseño de operaciones disuasorias, especialmente de control del espacio aéreo, aviación y apoyo terrestre.
Los estrategas todavía no han iniciado ese estudio, pero lo harán a partir de hoy mismo.
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