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Científicos de altura

El Cho Oyu, una de las numerosas montañas del Himalaya, es el objetivo de la primera expedición universitaria de la Comunidad Valenciana a la cordillera más alta de la tierra. Cuatro intrépidos jóvenes de la Politécnica tratarán de alcanzar la cima de uno de los numerosos ochomiles que existen en el Himalaya: el Cho Oyu, a 8.201 metros de altitud. Jorge Verdeguer (23 años, estudiante de Topografía), Raúl Monte (29, Informática), Endika Urtaran (26, Geodesia) y David Rosa (24, Industriales) forman la expedición que partirá el próximo 30 de agosto con rumbo a Katmandú y permanecerá durante mes y medio en el Himalaya. Los cuatro suplirán con arrojo, entrenamiento y muchas dosis de paciencia su bisoñez en este tipo de empresas. "Hace dos años subimos picos de 6.500 metros en los Andes, pero no tenemos experiencia en ochomiles", afirma Jorge Verdeguer. El desenlace de la aventura es imprevisible. El Himalaya -12 de sus picos superan los 8.000 metros- está cubierto de nieve la mayor parte del año. Pero la nieve no será el principal escollo que se encontrará la expedición del Grupo de Montaña de la Politécnica. "Lo que más tememos es el frío", asegura sin titubear David Rosa. No es para menos. Las temperaturas llegan hasta los 40 grados bajo cero en el Cho Oyu, una de las montañas más frías del Himalaya. "Al margen de los problemas de congelación, por encima de los 6.000 metros se pierde la capacidad para aclimatarse, hay poco oxígeno y puedes sufrir edemas pulmonares y cerebrales", señala Rosa. ¿Por qué el Cho Oyu? La explicación es sencilla. "Hemos elegido una montaña cuyo grado de dificultad no sea excesivo", afirma Verdeguer. Aun así, la ascensión no será moco de pavo. "Pese a no ser una montaña técnicamente complicada, nos encontraremos con dos tramos difíciles: una cascada de hielo de 30 metros situada entre los 6.400 y los 7.000 que deberemos escalar en varias ocasiones para trasladar el material; además, tendremos que hacer frente a una zona rocosa a 7.600 metros", comenta Rosa. La ascensión, que se realizará sin guías ni porteadores, seguirá una de las rutas ya establecidas para coronar la cima, que se encuentra a unos 30 kilómetros al noroeste del Everest. La paciencia desempeñará un papel fundamental en los cuatro integrantes de la expedición. "Tenemos que elegir el momento adecuado para afrontar el último tramo; estar lo suficientemente aclimatados a la altitud, pero todavía con fuerzas. El nivel de aclimatación debe ser el óptimo", comenta Verdeguer. La parte más comprometida de la ascensión, que constará de tres etapas, se realizará a partir de los 5.700 metros, donde estará ubicado el campamento base. A esa altura, cualquier descuido puede frustrar las intenciones del grupo. "Tenemos que cuidar mucho la alimentación, pero sobre todo hidratarnos para que el organismo no deje de funcionar", indica Rosa. ¿Y el miedo? "Miedo no, pero tenemos mucho respeto por la montaña. No debemos caer en el entusiasmo", asegura David.

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