_
_
_
_
Crítica:CANTO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Puerta grande

La soprano alemana Ruth Ziesak nació en 1963. Digo, de entrada, la edad porque ella no la oculta, y sobre todo para situar la valentía del recital que ofreció ayer en Madrid. Luis Carlos Gago, en sus documentados comentarios al programa de mano, lo define como coherente y exigente. No es para menos: Schubert, con textos de Goethe y Rückert; Wolf, con textos de Mörike. Atreverse con algo tan comprometido, a su edad, o es una osadía o demuestra una seguridad digna de admiración.La voz de Ziesak es de corte angelical. Su actitud ante el canto es de una naturalidad asombrosa. Frasea y pronuncia maravillosamente, y en su desarrollo no asoma en ningún momento ni un gesto de afectación, ni truculencias, amaneramientos o gratuidades. Canta con una pureza que, por lo que escasea en la actualidad conmueve. A ello hay que añadir que sabe elegir lo que más conviene a su estilo y, además, que cuenta con la complicidad de Helmunt Deutsch, un pianista sensacional para el lied.

IV Ciclo de Lied

Helmut Deutsch (piano). Obras de Schubert y Wolf. IV Ciclo de lied. Fundación Caja de Madrid. Teatro de la Zarzuela. 10 de junio.

Ziesak comunica con el espectador de piel a piel. Su forma de estar irradia simpatía. Se deja el alma en cada nota, disfruta sin disimulo lo que está haciendo y, claro, irradia una vitalidad contagiosa. Su visión del lied está alimentada a partes iguales de popularidad y elegancia, de encanto y profundidad. Su Du bist die ruh, de Schubert, fue como para levitar. Todo su Wolf, en su sustancia y en su evanescencia, trajo el recuerdo de Elisabeth Schwarzkopf. Sus Mozart de las propinas fueron tan personales como atractivos. Los secretos del lied salían a flote a cada momento.

Recogimiento, contención, intimidad: Ziesak cantó con la sutileza de la inocencia. Algunos añoraron un mayor cuerpo vocal para Schubert. Habría sido, evidentemente, otro Schubert. Ziesak sabe lo que quiere y lo resuelve con inteligencia. No es exhibicionista, sino fiel al espíritu de una tradición, pero con la frescura de una juventud irresistible. Es una cantante de nuestros días. Sin unos medios aparatosos, pero con una musicalidad matizada y transparente. No hay duda: puerta grande.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_