El PP reconoce que la crisis es grave y busca una solución rápida

La crisis del PP en Asturias era hasta ayer para la dirección nacional del partido "una cadena de pequeños desencuentros y una mala coordinación" entre el presidente del Principado, Sergio Marqués, y el responsable regional de esta formación, Isidro Fernández Rozada. Hace un par de semanas se aseguró que el conflicto entraba en vía de solucionarse. El coordinador general del PP, Ángel Acebes, reconoció ayer, sin embargo, que "los hechos son tozudos" y los definió como "graves".

La dirección del PP, que intentó tímidamente mediar en esta batalla, tomó ayer públicamente partido. Y lo hizo por el bando que representa el vicepresidente y secretario general del PP, el asturiano Francisco Álvarez Cascos. Es decir, por el aparato. La resolución del Comité Ejecutivo Nacional "reitera su confianza en los órganos del partido en Asturias y de su grupo parlamentario para cumplir y hacer cumplir las obligaciones de ejecución del programa, y de coordinación con otras administraciones, que definen el funcionamiento normal de nuestras organizaciones nacionales y territoriales".

Acebes añadió que tanto Cascos como él han exigido a Marqués, "en público y en privado", que determine cuanto antes "las responsabilidades políticas derivadas de las actuaciones de los miembros de su gobierno". Lo que traducido quiere decir que el consejero de Fomento, Juan José Tielve, rectifique sus declaraciones contra Cascos. El partido, además, se reserva la actuación de oficio del comité de disciplina tanto regional como nacional si esa marcha atrás no se produce.

Acebes relató ayer a la cúpula del PP la película de los hechos en tres tiempos pero haciendo hincapié en que allí el Gobierno de Marqués parece la oposición al de José María Aznar. Cascos, dolido, confesó el error de haber intentado tapar las discrepancias y apostó, visto lo ocurrido, por resolver este tipo de conflictos cuanto antes y con firmeza.