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Un gran despliegue policial impide las movilizaciones en el juicio a Karbachí

ENVIADO ESPECIALLa policía iraní dispersó ayer a partidarios y detractores del alcalde reformador de Teherán, Gholamhosein Karbachí, que intentaban agruparse ante el tribunal en el que se iniciaba su proceso por corrupción. Los agentes se desplegaron por todo el barrio del Palacio de Justicia y en el centro comercial de Teherán. Karbachí se sentó ayer en el banquillo, en el más importante proceso político que se celebra en Irán tras el triunfo de la revolución islámica, y que enfrenta a conservadores y liberales.

El juicio se inició entre grandes medidas de seguridad y un importante despliegue de soldados del Ejército, quienes empuñando sus armas rodeaban el complejo judicial Imam Jomeini, así como las calles adyacentes, donde desde primera hora de la mañana se habían concentrado numerosos seguidores del procesado.La policía logró dispersar a un grupo de entre 200 y 300 personas, informa France Presse. «¡Muerte al alcalde, muerte a la inflación!», gritaban algunos manifestantes, los más conservadores. «¡Viva Karbachí, viva el presidente Jatamí!», clamaban los liberales.

El proceso se abrió con la lectura de unos versículos del Corán y del pliego de cargos, elaborado por la acusación pública durante más de un año y que, basándose en los testimonios de funcionarios, imputa al alcalde una malversación de cinco millones de dólares (750 millones de pesetas), conseguidos con la venta de licencias de obras.

Según el acta de acusación, parte del fruto de esta venta de licencias habrían sido utilizadas para sufragar el pasado verano la campaña electoral a la presidencia de Irán de Mohamed Jatamí, amigo del alcalde y convertido ahora en cabeza visible del movimiento liberal del régimen shií.

En medio de una sala repleta de público y de periodistas, Karbachí rechazó ayer estas acusaciones asegurando que se trataba de mentiras arrancadas por la fuerza a sus colaboradores tras haberlos mantenido en la cárcel durante varios meses, donde dijo que habían sido sometidos a todo tipo de presiones y vejaciones.

Una vez iniciada la vista, el presidente del tribunal, un clérigo conservador, Mohasemi Ejei, decretó la suspensión del juicio y convocó a las partes a una nueva sesión que se llevará a cabo el próximo jueves. Según la defensa, el proceso no es más que la punta del iceberg de un enfrentamiento que protagonizan dos sectores contrapuestos del régimen de los ayatolás: el de los conservadores, presididos por el guía supremo de la Revolución, el imam Alí Jamenei, y el de los liberales y aperturistas, liderado por Jatamí.

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