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Condenado en EEUU un menor por violar a una niña de tres años

Un niño de once años fue condenado el pasado viernes a pasar los próximos diez años de su vida en un centro penitenciario para menores en Tejas (EEUU) por violar brutalmente a una niña de tres años el pasado mes de abril. Sus padres y su abogado se mostraron satisfechos con la sentencia, ya que el jurado, reunido en Dallas, le podría haber mandado a la cárcel por 40 años en una prisión para adultos.

El condenado, cuyo nombre por ahora no se hará público, parece ser un niño perturbado, con problemas de aprendizaje y un abultado historial de violencia. La fiscalía de Dallas argumentó que el pasado 9 de abril el condenado y dos amigos de siete y ocho años, respectivamente, pegaron, violaron y apedrearon a la niña de tres años junto a una acequia a las afueras de Dallas y la dejaron abandonada, sangrando, al lado del río.

Según los menores, la niña estaba sola en una camioneta y los siguió hasta la acequia, donde la agredieron sexualmente. El niño de siete años sostuvo que su amigo de once "abusó de ella" e intentó tener relaciones sexuales con la niña, tras lo cual el acusado habría golpeado a la víctima con un zapato. La menor fue encontrada desnuda y vagabundeando por la zona en que ocurrió el incidente.

Los otros dos niños no pueden ser sometidos a juicio en Tejas porque no se les considera responsables de sus actos al tener menos de 10 años, pero el Estado ha asumido su custodia por el momento.

Cadena perpetua

La víctima de la violación está traumatizada y tiene ataques de histeria, según ha explicado su madre. El abogado del niño, Garry Cantrell, suplicó al jurado que no arruinara la vida de su cliente enviándole a la cárcel de por vida. Sin embargo, al cumplir los 16 años podría ser trasladado a una prisión para adultos si su comportamiento violento no es corregido. Luego Cantrell declaró que, por el momento, al niño le resultaba difícil comprender su condena.Por otra parte, un joven de 17 años que mató a su madre y luego a dos compañeros de clase en Misisipí, en octubre de 1997, recibió también el viernes pasado una sentencia de cadena perpetua por el primero de los crímenes. El acusado, Luke Woodham, dijo que estaba poseído por cien mil "demonios de ojos rojos" que le obligaron a ejecutar el crimen con un bate de béisbol y un cuchillo.

Después del asesinato, Woodham se dirigió a su escuela y abrió fuego contra sus compañeros de clase, matando a dos e hiriendo a otros siete. El viernes dijo que iba a la cárcel "por la gracia de Dios".

Aparte de estos dos casos, otros tres niños menores de edad están bajo custodia en Arkansas y en Oregón por matar a tiros a varias personas en sus respectivos colegios en lo que va de año. En los últimos meses también ha habido episodios similares en Kentucky y Pensilvania.

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