La propuesta limita la deducción por vivienda habitual a un máximo de 30 millones de pesetas de por vida

En el nombre de la progresividad, las deducciones del nuevo IRPF se aplican a la cuota (cifra final que queda una vez aplicada la tarifa). Las dos deducciones estrella son la vivienda y la familia, pero es la primera la que supone una novedad total. La declaración que se hará en 2000 recogerá un nuevo concepto: la vivienda como un "proyecto de vida" con un importe máximo a deducir de 30 millones. A partir de 1999 dará igual que uno se gaste 60 millones o 15 en comprar su vivienda habitual, el importe a deducir son 30. Si uno se pasa será su problema y si otro se queda corto tendrá la posibilidad de guardar en una especie de bolsa la cantidad sobrante, por si en el futuro vende la primera vivienda para comprase una mejor. Para adquisición de vivienda se consideran las cantidades destinadas tanto a compra como a rehabilitación de la vivienda habitual, así como los intereses por capitales ajenos invertidos. Los contribuyentes podrán deducir anualmente el 20% de las primeras 500.000 pesetas y el 15% del resto, hasta millón y medio. El nuevo sistema, que rompe tanto con el anterior como con el propuesto por la Hacienda del Estado, no prevé compensar a quienes se compren una vivienda antes de que el impuesto entre en vigor y se vean perjudicados por el mismo, mecanismo que sí se prevé en la Administración central. "A cada uno lo que está en vigor. Nada de periodos de gracia del pasado", zanjó Ibarretxe. La deducción por alquiler para sujetos pasivos con una base imponible no superior a los 3.500.000 millones y con un límite de 150.000 pesetas (hasta ahora era de 100.000 pesetas), será del 15% (antes el 10%). La otra gran protagonista de las deducciones es la familia, donde se premia en número de hijos. Por el primero se podrán deducir 55.000 pesetas; por el segundo, 60.000 y a partir del tercero, 80.000. Hasta ahora, la deducción media por declaración rondaba las 30.000 pesetas. El resto de las deducciones familiares se mantienen. Otras actividades nuevas sujetas a deducción son las de interés general, vía donación, la doble imposición de los dividendos y la participación de los trabajadores en el capital de la empresa. Esta última apoya la propuesta del consejero de Trabajo, Francisco Egea, de propiciar un nuevo modelo de gestión. La reforma quiere también ajustar al máximo las retenciones de los contribuyentes, de forma que haya un menor baile de devoluciones y pagos.