Geocisa alega que avisó a Boliden de fallos en el control de la balsa tóxica

Un directivo de Geocisa, la empresa encargada de velar por la estabilidad de la balsa de Aznalcóllar, declaró ayer ante la juez que investiga el vertido tóxico sobre Doñana que avisó por escrito a la propietaria de la mina, Boliden Apirsa, de los fallos en los sistemas de control de la estabilidad del dique. Francisco Martín, representante legal de Geocisa, aseguró que advirtió a la mina de que tres inclinómetros estaban sucios y un cuarto inservible y de que faltaban sistemas de medición de filtraciones de aguas a través del muro. Boliden, dijo, ni reparó las averías ni instaló medidores nuevos, según explicaron abogados de las ocho partes personadas hasta ayer en la causa.

Martín declaró durante más de tres horas como imputado por la rotura de la balsa ante Celia Belhajd-Ben, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Sanlúcar la Mayor. El representante de Geocisa aseguró que no tenía un contrato de mantenimiento con Boliden, sino que atendía encargos puntuales de la mina. Además, explicó que otras empresas también desarrollaban tareas de vigilancia de la presa, de 1,6 kilómetros de perímetro. Martín agregó que las lecturas que hicieron sus técnicos de los aparatos de medición llevaron a certificar que la balsa era estable.