El fiscal pide 14 años de cárcel para cinco jóvenes por un ataque racista a un marroquí
Abderazak Ettali, marroquí de 30 años, se dirigió la madrugada del 13 de marzo de 1993 con un amigo a comprar tabaco a un bar de Pozuelo de Alarcón. Un paseo en apariencia tranquilo que se convirtió en un infierno cuando se cruzó con cinco jóvenes (cuatro menores de edad) a los que la mera presencia de dos marroquíes bastó para desatar sus iras racistas. Al grito de "basura, moros de mierda", Abderazak, según el fiscal, fue perseguido, apaleado y apuñalado. Ahora, cinco años después de la agresión, los cinco acusados se enfrentan a un petición fiscal de 14 años de cárcel. SOS Racismo considera que los hechos constituyeron un homicidio frustrado y solicita 44 años de prisión.
El relato del fiscal arranca a la una de la madrugada en una zona de recreo situada en la avenida del Generalísimo, junto a la estación de ferrocarril de Pozuelo (50.000 habitantes). Allí se encontraban hablando y bebiendo cinco jóvenes: los hermanos gemelos Isaac y Jacobo T.T., de 16 años; Radi Z.M., de la misma edad; Eloy S.B., de 17 años, y Antonio Fernández Jiménez, de 19. Ninguno tenía antecedentes penales.Abderazak, casado y con tres hijos, y su amigo Adbeslam Tlidi, iban de camino a la cantina del centro comercial La Estación. Durante el paseo se cruzaron con los jóvenes. Los acusados, siempre según el relato del fiscal, se fijaron en los dos marroquíes y comenzaron a "insultarles con expresiones violentas y de marcado carácter racista", por ejemplo, "basura, moros de mierda".
Los dos inmigrantes, asustados, cambiaron de acera para evitarles. Querían regresar a su casa. Pero los jóvenes no se dieron por satisfechos. "Decididos a agredirles", describe el fiscal, "cruzaron la calle y, yendo en su busca, les abordaron y comenzaron a pegar".
Patadas y puñetazos
Abdeslam, tras recibir unos golpes, consiguió zafarse de los agresores. Huyó a la carrera.Abderazak corrió peor suerte. Los atacantes se cebaron en él y le propinaron una lluvia de patadas, cabezazos y puñetazos, acompañados de golpes "con cuantos objetos tenían en sus manos", incluido un casco de moto (hecho que ha sido atribuido a Radi).
Pese a la paliza que estaba recibiendo, Abderazak, solo y desarmado, intentó huir en dos ocasiones. "Pero los acusados, no satisfechos, continuaban sujetándole, hasta que uno de ellos, que no ha podido ser determinado, con el arma blanca que portaba, le propinó un navajazo en la zona del abdomen", indica el fiscal.
Abderazak quedó tendido en el suelo. Los agresores le abandonaron a su suerte y huyeron. El marroquí, ensangrentado y aterrado, trató, una vez más, de huir. A unos pocos metros fue atendido por los ocupantes de un coche, que al ver que se encontraba gravemente herido, le trasladaron al servicio de urgencias de la clínica Puerta del Hierro. Abderazak, tras ser operado, necesitó 24 días para recuperarse de las heridas causadas por la agresión.
El fiscal, que considera que los hechos constituyen un delito de lesiones, ha pedido ocho años de cárcel para Antonio Fernández (el único que por entonces era mayor edad) y dos para cada uno de los otros cuatro acusados. José Antonio Moreno, abogado de SOS Racismo, que actúa como acusación popular, considera que la agresión correponde a un delito de homicidio frustrado. Por ello, solicita 12 años de prisión para Fernández Jiménez y otros ocho para cada uno de los que eran menores de edad. Asimismo pide una indemnización de nueve millones de pesetas por las lesiones, los daños morales y las secuelas psíquicas.
Miedo constante
"El hombre ha sufrido mucho y el miedo no deja de acompañarle. No hay que olvidar que fue atacado sin que mediase provocación alguna, simplemente porque no gustó su color de piel", dijo Moreno. Las defensas, según fuentes cercanas a la investigación, mantienen la inocencia de los acusados.A los dos días de la agresión, la policía detuvo a los sospechosos -Abderezak señaló a este periódico que el número de agresores se elevaba a 11 y no sólo a 5-. Tanto SOS Racismo como la Asociación de Emigrantes Marroquíes en España los calificaron de cabezas rapadas. Estas entidades señalaron que, en aquella época, Pozuelo de Alarcón se había convertido en una zona donde los magrebíes eran objeto de frecuentes ataques, en especial en el barrio de la Estación.
La vista se celebrará el próximo jueves, a las diez de la mañana, en el Juzgado de lo Penal 16 de Madrid.
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