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Un grupo de ancianos anticastristas se infiltra en Cuba desde Miami

El pasado fin de semana la joven española Lucía Faraig llegó a La Habana después de pasar unos días en la provincia cubana de Pinar del Río. Volvía muy excitada, pues su visita turística al valle de Viñales y a la localidad costera de Puerto Esperanza se había complicado inesperadamente. «Había continuos controles de la policía en la carretera y la gente del lugar decía que se había infiltrado gente armada de Miami», dijo a este periodista al llegar a la capital cubana.

Ayer se desveló el misterio en la ciudad de Miami, cuando una de las decenas de organizaciones anticastristas que propugnan acciones armadas contra el Gobierno de Fidel Castro convocó una conferencia de prensa para anunciar que cuatro de sus miembros habían desembarcado la semana pasada en el norte de Pinar del Río para crear un «foco guerrillero».Por supuesto, la noticia corrió como la pólvora por las emisoras anticastristas, que son captadas por los habitantes de la isla. William, un mulato habanero bregado por el ron y las mujeres, escuchaba la noticia en Radio Martí en su casa de Miramar. Según el jefe de la organización anticastrista, Oscar Salas, los «alzados» tratarían de evitar durante la primera etapa de la lucha enfrentamientos con las tropas cubanas para ganar tiempo para «reclutar partidarios y crear las condiciones de la lucha guerrillera en la zona».

El moreno, escéptico por naturaleza y por experiencia, soltó la carcajada al escuchar por la ondas que el jefe del comando anticastrista alzado en Pinar era un hombre de 73 años. Su nombre, Ernestino Abreu, desde luego no le sonaba a nada.

Abreu fue presentado en Miami con un antiguo soldado del Ejército rebelde que conocía «muy bien» la zona de Pinar del Río, pues él, junto a otros miembros del comando, había estado alzado allí en 1957 contra Fulgencio Batista. El periodico de Miami El Nuevo Her a ld aseguró ayer que entre los infiltrados estaban también los hermanos Vicente y Miguel Martínez, quienes ostentaron el cargo de capitán y comandante respectivamente en el Ejército revolucionario de Fidel Castro.

Las autoridades cubanas aún no han dado una versión oficial de los hechos. Se sabe por Miami que probablemente a estas horas los exiliados ya estén detenidos -al parecer, una «fuente anónima» captó una comunicación del Ejército cubano en la que se hablaba de la captura de los infiltrados-, pero el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Alejandro González, dijo ayer que no tenía «ningún elemento que aportar sobre el tema».

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