"España tiene una deuda moral con el pueblo saharaui"
Lleva el sello saharaui en el marrón intenso de sus ojos y en la firmeza con que pide la autodeterminación para su pueblo. Forzada a dejar El Aiún por la ocupación marroquí, a sus 17 años tuvo que empezar una nueva vida en los campamentos del Tinduf (Argelia). Allí se dedicó a la alfabetización de los refugiados y abrazó de lleno la causa independentista. Después estudió filología en Panamá y hace tres años recaló en España. Sara Ramdan, 37 años, es miembro de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis. P. ¿España tiene culpa de la situación del pueblo saharaui? R. Tiene una responsabilidad histórica porque el Sahara fue colonia durante casi un siglo y España se comprometió a descolonizar ese territorio. Este maquiavélico rey (por Hassan II) aprovechó la coyuntura de España e invadió el Sahara, rico en fosfatos y en recursos pesqueros. España tiene una deuda moral con el pueblo saharui. Queremos que la comunidad internacional garantice un referéndum limpio y transparente. Somos un pequeño país, pero eso no significa que no tengamos derecho a ser libres. Y no somos los únicos perjudicados con esta situación. El pueblo marroquí también es víctima del gasto de guerra y de la política de ocupación del régimen impuesto por su rey. Las consecuencias las veis vosotros, con las pateras. P. Las saharauis son más participativas que otras mujeres árabes. R. La sociedad saharaui se diferencia de otras sociedades árabes; es tolerante y abierta y la mujer ha tenido más oportunidades de emanciparse. Nos sentimos orgullosas de que las mujeres tengamos los mismos derechos que los hombres; pero nos preocupa que cuando los hombres vuelvan del campo de batalla las mujeres sigan teniendo ese protagonismo. P. ¿Habéis sido iguales en la guerra, seréis iguales en la paz? R. Nuestra tarea primordial es la liberación de nuestro país. El objetivo es la independencia. Tenemos la amarga experiencia de otros países en los que las mujeres han sido iguales en la guerra y discriminadas en la paz. Por eso preparamos a nuestras mujeres, para la batalla de mañana, para que alcanzada la independencia concretemos también la emancipación. Ambas cosas son indisolubles. P. ¿Las saharauis pueden empujar al cambio a otras mujeres árabes? R. Pueden ser un ejemplo, animar a otras a reivindicar la igualdad. En Argelia, por ejemplo, las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres, pero llegó el fundamentalismo... P. ¿El Islam frena el avance de la mujer? R. El Islam no prohibe que la mujer sea igual, sino que hay regímenes fundamentalistas que tergiversan su contenido. Como los talibanes. Eso no es Islam.
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